La Comisión ya se ha encontrado con el rechazo de España, Portugal, Italia, Hungría o Polonia
Las expectativas de la Unión Europea acerca del ahorro energético no están saliendo según lo previsto. En el momento de escribir esta noticia, ya se conoce la oposición de países como Portugal, Italia, Hungría, Polonia o España, que criticó la iniciativa el pasado miércoles a través de la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera.
Ante esta situación, el Ejecutivo comunitario ha afirmado que el plan de contingencia para garantizar un ahorro de gas del 15% no es obligatorio, sino recomendable, aunque dadas las circunstancias, desde el seno de la institución proponen convertirlo en vinculante para que los socios comunitarios deban acatar sus directrices.
Bruselas ha replicado al “no” rotundo del Gobierno español y a su certeza de que el Save gas for a safe winter era una medida “injusta e ineficaz”, que había nacido como una “imposición” a los miembros de la Unión, a los que en ningún momento se habñia preguntado por sus objeciones y consideraciones al respecto.
El Ejecutivo comunitario ha recordado a los socios que uno de los principios fundacionales de la UE es el de promover la solidaridad entre sus integrantes. “Hay interconexiones importantes de gas entre España y Francia. El grado de interconexión es del 30% y eso supone que varios millones de metros cúbicos de gas pueden ser transferidos de España al resto de Europa”, ha señalado el portavoz de la Comisión Europea, Eric Mamer.
Para echar atrás la resolución, España deberá buscar al menos otros 15 países miembros que compartan su postura y que, juntos, representen el 65% de la población europea. Si lo que se pretende es optar a un bloqueo, basta con aunar las voluntades de 4 Estados que representen el 35% de la población. Esta coyuntura podría llegara a darse si España y Portugal presentan sus respectivas críticas junto con Polonia, Francia o Italia.
Alemania, por su parte, tilda de “correcto” el plan de Bruselas y respira aliviado después de la reanudación de la actividad del gaseoducto Nord Stream el pasado 21 de julio. Con su reactivación, los teutones verían reducida su independencia gasística de Rusia de un 55% a un 26%.