Con minoría en el Capitolio de EE UU, los vetos del Partido Republicano a muchas de sus medidas dificultan el cumplimento de sus promesas
Este martes, Joe Biden ha realizado el tradicional discurso del Estado de la Unión, el más importante del año, que reúne al poder ejecutivo, legislativo y judicial en una sesión conjunta en el Capitolio. El presidente de EE UU afronta uno de sus momentos más complicados en su mandato respecto a su popularidad.
En materia económica, hay que destacar el impuesto aprobado por su administración. Medida que obliga a las compañías multimillonarias a pagar un mínimo del 15%. Además, ha multiplicado por cuatro otro sobre la compra de acciones corporativas.
“El sistema impositivo no es justo. Yo soy capitalista, pero cada uno debe pagar lo que le toca”, ha subrayado. Y ha emplazado al Congreso a aumentar el impuesto mínimo al 20%. Aun así, estas y otras promesas no han conseguido que su popularidad crezca, con poco apoyo de la opinión pública y del Partido Demócrata para su reelección.
Entre ellas se encuentran la reforma policial, la ampliación de la sanidad, la inversión en energías renovables y dar ayudas a los inmigrantes que entran por la frontera sur. A pesar de exponer tantas medidas, la Cámara de Representantes está controlada por los republicanos, que pueden vetar casi cualquier iniciativa demócrata.
En este contexto de polarización, Biden quiere llegar a acuerdos con los republicanos, ya que el techo de deuda está a punto de superarse, y podría llevar al país a una suspensión de pagos.
Con el control de la cámara, los republicanos investigan a Biden en aspectos como gestión de la frontera, el hallazgo de documentos clasificados en su residencia, las influencias de su hijo Hunter Biden y la retirada de Afganistán, entre otros. A pesar de que no tienen ningún recorrido legal, amplifican la imagen ya trastocada del presidente.
Más lejos de China, más cerca de Ucrania
Tras el vuelo del globo chino sobre territorio estadounidense, Biden se compromete a trabajar con el gigante asiático. Pero advierte que “si China amenaza nuestra soberanía, actuaremos para proteger a nuestro país”.
“Vamos a estar con ustedes todo el tiempo que sea necesario”, ha dicho con la mirada puesta en la embajadora ucraniana en EE UU, Oksana Markarova, una invitada de honor a la sesión parlamentaria. Para frenar la invasión rusa, Washington ha enviado 31 tanques Abrams.