Belleza

14 de julio de 2023
1 minuto de lectura
María Kodama. | Fuente: Europa Press

Refiere María Kodama que la primera lección de estética se la dio su padre al contemplar juntos, en un libro de arte, La Victoria de Samotracia. Conmovido ante semejante hermosura, el químico trataba de que su hija reconociera la singularidad de la obra. Con cinco años, María se atrevió a señalarle:

-Pero si no tiene cabeza…

-Y quién le dijo a usted que la belleza es una cabeza.

Entre arrebatos, al señor Kodama le habitaban las musas e insistió:

-La belleza está en la túnica agitada por la brisa del mar que mueve la estatua. Detener esa brisa del mar en el movimiento de la túnica, es la belleza.

Y María Kodama, más tarde, lloró con Borges al verla.

Responder

Your email address will not be published.

No olvides...

Antojos

Cada día se secan bosques de seda en la ilusión de España…

Aguas turbias

Los sabios nos dejan el esplendor de su pensamiento en una sola frase que, de vez en cuando, aprovechamos los…

El amor y otros intentos

Es bueno enamorarse aunque no se sepa cómo ni cual fue el instante en que el rayo dejó su quemadura.…

Manuel Alcántara

En muchos pueblos de Andalucía están escritos sus versos en cerámicas, mirando siempre el azul del mar y los peces…