Hoy: 23 de noviembre de 2024
Las autoridades de Turquía han elevado este viernes a más de 18.300 los muertos a causa de los terremotos registrados el lunes en el sur del país, cerca de la frontera con Siria, un país en el que también han muerto casi 3.300 personas, según los últimos balances. Todas estas vidas humanas perdidas sumarían un total de más de 21.000 víctimas. Ya es la mayor tragedia en casi 100 años dado que ha superado al terremoto de 1999 en el mar de Mármara que tuvo una magnitud de 7,6 y se cobró la vida de 17.127 muertos.
Los terribles números que acompañan al cataclismo asustan puesto que cada vez se acerca más al seísmo de 1939 que sucedió en Erzincan, que tuvo 32.000 fallecidos. Por ese motivo, el presidente de Turquía Recep Tayyip Erdoğan ya ha denominado el actual terremoto como “la tragedia del siglo”.
La Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD), dependiente del Ministerio del Interior turco, ha detallado que hasta el momento se ha confirmado el fallecimiento de 18.323 personas, antes de agregar que el número de heridos asciende ya a 74.242, según ha recogido la agencia estatal turca de noticias Anatolia, de lo cual se ha hecho eco Europa Press.
A esta catástrofe se suma el frío que vive la región donde las personas que se han quedado sin hogar tienen que pasar la noche al raso. También están las que tienen miedo de regresar a sus viviendas dañadas por el seísmo, susceptibles de que se derrumben; algunas de las cuales han optado por dormir en la calle por temor a nuevas réplicas o en algunos de los campamentos montados por las ONG y el Estado turco. Por ello, el Gobierno empezó hace unos días ya la evacuación de las zonas más afectadas para solventar la situación.
Durante la madrugada de este viernes, los servicios de emergencia han continuado rescatando a personas de debajo de los escombros cerca de 100 horas después de los seísmos, una tarea cada vez más complicada puesto que el tiempo estándar que un ser humano puede permanecer sin la ingesta de agua o comida en desastres como este es de 72 horas. Es por eso que en algunas zonas ya han cancelado las labores de búsqueda.
Mientras continúa el trabajo de los servicios de emergencia, las autoridades turcas han prometido tomar medidas contra la negligencia en la construcción de viviendas, ya que se sospecha que la mala edificación de las mismas haya influido en el elevado número de muertes.
Por su parte, los seísmos han dejado casi 3.292 personas muertas y 5.200 heridas en Siria, de los cuales 1.262 muertos y 2.285 heridos se han registrado en las zonas de Siria controladas por las fuerzas gubernamentales el régimen de Bashar Al Assad, según datos del Ministerio de Sanidad, quien lleva días sin actualizar las cifras de muertos.
A las cifras gubernamentales sirias hay que sumar más de 2.030 muertos y 2.950 heridos en las zonas controladas por los rebeldes -que controlan la menor parte del territorio- en las provincias de Idlib y Alepo (noroeste), según ha dicho la Defensa Civil de Siria, conocida como cascos blancos, a través de su cuenta en Twitter, que continúa con operaciones de búsqueda y rescate en la quinta jornada tras los terremotos.
El terremoto ha apuntalado la grave situación que vive el país, ya muy mermado por una guerra civil que se prolonga casi 12 años, desde marzo de 2011. De hecho, las sanciones internacionales a la autoritaria forma de operar de Al Assad están propiciando que la ayuda humanitaria no llegue o que lo haga con cuentagotas. Pese a que existen restricciones de la Unión Europea, el Gobierno sirio cursó una solicitud de auxilio formal a Bruselas dada la situación de extrema gravedad y la UE ya ha aceptado esa petición.
Por un lado, uno de los problemas para enviar todos los suministros necesarios se encuentra en que a excepción del puesto fronterizo de Bab al Hawa, que ha sido muy dañado por el terremoto, el resto de la frontera se encuentra cerrada por la guerra. Por otro lado, había quien deslizaba que las sanciones impuestas al régimen sirio serían un obstáculo por la violación de los derechos humanos durante la guerra, algo que la Unión ha negado.
Ante esta situación, Naciones Unidas ha enviado ya un primer convoy de ayuda humanitaria a Siria a través del cruce fronterizo de Bab al Hawa, en el noroeste, del país. Este incluía hasta seis camiones con suministros de socorro y cobertizos, si bien Guterres ha recalcado que ya hay “más ayuda en camino”.