Odón de Buen y del Cos, naturalista español nacido en Zuera (Zaragoza) en 1863, fue el fundador de la oceanografía española y uno de los pioneros de esta ciencia en Europa. Así que no podía ser otro el nombre elegido para el que será el mayor y más avanzado buque oceanográfico de la flota española, con casi 85 metros de eslora y casi 18 metros de manga. Una vez finalizado, permitirá el estudio de ecosistemas, hábitat y fondos marinos en todos los océanos y en profundidades superiores a los 6.000 metros. Para hacernos una idea de lo que eso supone, podemos tomar como referencia los restos del Titanic de los que tanto se ha hablado estos días, que descansan a una distancia considerablemente inferior: a 3.800 m, en el fondo del Atlántico.
El buque podrá operar en todos los océanos, incluidas las regiones polares, y tendrá capacidad para albergar a 58 pasajeros, de los que 39 serán científicos y el resto tripulantes. Además, está dotado de tecnología de vanguardia que le permitirá incorporar equipos que podrán trabajar a 6.000 metros de profundidad en cualquier lugar del planeta.
Trabajará con ecosondas, tanto para el estudio del fondo marino como el de pesquerías. Se complementará con vehículos no tripulados, operados remotamente o autónomos. Y tendrá sistemas de muestreo, dragas y 500 metros cuadrados de laboratorio, según se detalla desde el Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC), un Centro Nacional del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación.
A ese potencial se añade su enorme capacidad de almacenamiento para el transporte de contenedores en cubierta, una característica valiosa durante las misiones de apoyo logístico a las bases antárticas. Pensando en sus investigaciones, el buque ha sido diseñado también para ser especialmente silencioso, «un aspecto fundamental», explica el CISC, tanto a la hora de realizar observaciones del océano sin alterar sus organismos como en el trabajo con las ecosondas científicas.
Tendrá una autonomía de 50 días de navegación y podrá desplazarse a entre 200 y 300 millas náuticas. Contará con un desplazamiento de casi 4.200 toneladas y dispondrá de propulsión diésel-eléctrica, una planta generadora que abastecerá todos sus sistemas y dos tanques de GNL.
Sus dimensiones y equipamiento le permitirán superar incluso al buque de investigación oceanográfica (BIO) Hespérides, el legendario navío construido a comienzos de los años 90 en Cartagena y que se usa tanto para investigaciones como para dar servicio a las bases de la Antártida, como la Juan Carlos I.
En 2022, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas iniciaba la construcción del buque de investigación Odón de Buen. Hace unos días se daba un paso más en la consecución de este barco del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC) mediante la entrada en el mar, su hábitat natural. Tras su botadura, se espera que su construcción en los Astilleros Armón concluya antes de finales de 2024. La construcción del buque contempla una inversión aproximada de 85 millones de euros, con un 80% del total aportado a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER, Programa Operativo Plurirregional de España 2014-2020).