Hoy: 3 de diciembre de 2024
El evento, que se celebra desde 1991, ya reunió ayer lunes en Estocolmo a la comunidad internacional, trayendo a la capital sueca a ministros de diferentes países y a representantes de instituciones como el Banco Interamericano de Desarrollo, oenegés como The Nature Conservancy o fundaciones privadas como FEMSA, entre otras organizaciones.
La reunión, que empezó en modalidad virtual el pasado martes y se prolongará -ya en formato presencial- hasta el jueves, se produce en medio de una sequía que ha afectado a multitud de países normalmente no tan vulnerables a la escasez hídrica. En agosto, este fenómeno ha provocado que, por ejemplo, en Alemania el bajo caudal del río Rin haya obstaculizado el tráfico de mercancías, o que en Francia se haya reducido forzosamente la producción eléctrica dada la dificultad para refrigerar el combustible nuclear. Tambien en Inglaterra las verdes praderas que rodean Bukingham Palace, se tieñeran de amarillo.
Una investigación llevada a cabo por la revista científica Nature concluye que el uso de agua dulce de los humanos “ha superado el límite de seguridad“, una condición que “nunca habíamos experimentado”, según ha explicado en la inauguración del encuentro la doctora Wang-Erlandsson, quien también ha señalado al agua como “posible causante del aumento en las concentraciones de metano en la atmósfera”.
“La alimentación es agua, la energía es agua… todo está conectado con el agua”, ha agregado Wang-Erlandsson. “Avanzamos hacia un nuevo mundo del agua”, ha añadido, para subrayar el control de las inundaciones como “algo de lo que tendremos que ocuparnos cada vez más”, así como la reposición de las aguas subterráneas o el acceso universal a este recurso.
El agua y su gestión será uno de los retos mas importantes a debatir en el enceuntro. La Experta en recursos hídricos, Sandra Postel, ha resaltado la importancia de la lucha por preservar este recurso como una de las “tres crisis existenciales” que afronta la humanidad -junto con el cambio climático y la pérdida de biodiversidad-, y ha incidido en la necesidad de dar con soluciones que atajen esos tres retos “simultáneamente”.
“En 2022 el problema del agua no es aplicable solo a una determinada población”, ha señalado por su parte la analista de Unión Africana Hafsa Malim, quien ha lamentado que ahora “no es necesario vivir en una zona árida o semiárida para tener problemas de escasez de agua”.
Para esta experta, un asunto clave en la conferencia será determinar cómo se pueden escalar las soluciones que se han probado eficientes en diferentes países, y comprobar si de verdad se pueden adaptar a otros contextos.