Hoy: 22 de noviembre de 2024
AFAP Pedrezuela es una residencia para personas con enfermedad mental que forma parte de la Red de Atención Social a personas con enfermedad mental grave y duradera de la Comunidad de Madrid. AFAP ha anunciado ahora el cese de su actividad, dejando fuera a sus residentes y culpando a los empleados, quienes denunciaron a la empresa que controla la residencia debido al impago del sueldo durante ocho meses.
La gestión de la residencia, que es semipública, desde que se abrió hace 18 años la realiza una empresa privada debido a la renovación cuatrienal que se conoce como Acuerdo Marco.
La residencia viene siendo conocida por la pésima gestión y las malas condiciones a las que se enfrentan tanto sus empleados como los residentes.
Desde el impago de la nómina durante ocho meses, hasta servicios precarios que se ofrecen relacionados con el mobiliario, comida y limpieza. Cuando estos hechos comenzaron a ocurrir, se puso en conocimiento tanto de la Comunidad de Madrid como de diversos medios de comunicación. Nada se hizo.
Los trabajadores, tras más de ocho meses sin percibir su salarios, tuvieron que tomar las medidas legales oportunas y la respuesta de la empresa que se encarga de gestionar AFAP ha sido cesar su actividad y dejar en la calle a los 45 trabajadores y 44 residentes que cobija.
Por el momento, las soluciones que se han dado a los familiares ha sido la reubicación de los internos sin tener en cuenta que se trata de personas con un alto grado de vulnerabilidad y con características personales que dificultan su día a día.
Las familias piden que no se realice la reubicación, ya que se conoce la empresa que va a gestionar de nuevo la residencia y que abrirá en un periodo de tres meses con nuevos residentes y empleados y dejando en el aire el futuro de los actuales.
Fuentes Informadas denunció en agosto de 2023 que un joven de 25 años agredió a un compañero discapacitado de 56 en AFAP Pedrezuela. De hecho, la Comunidad de Madrid retiró una subvención al centro.
La víctima salió de la UCI, pero empeoró y tuvo que volver a ser internada en cuidados intensivos. El día de la paliza, momentos antes de sufrir esta, el afectado ya había avisado a otros internos de que el agresor lo amenazaba. De hecho, en febrero, pegó a otro compañero, y ya contaba con antecedentes penales.
Otra realidad escandalosa es el hecho de que solo había una trabajadora para defender a la víctima, que sufrió tres edemas cerebrales a causa de la agresión. Ni siquiera había responsables de seguridad en ese momento. Esta y otras polémicas lastran la reputación del centro.
El Juzgado de Instrucción 1 de Alcobendas envió a prisión sin fianza al joven agresor de 25 años y de nacionalidad brasileña. El juez entendió que John J.M.P. era consciente de sus actos y que distinguía el bien del mal. “Ahora si tenéis motivos para expulsarme”, comentó a la orientadora social tras patear en el suelo la cabeza de la víctima.
La orientadora era la única persona que había en la residencia en ese momento. Recibió un empujón del agresor y cayó al suelo. No pudo hacer nada para proteger a la víctima de las patadas y puñetazos
El juez que le tomó declaración lo envió a la prisión de Soto del Real, sin fianza, por el intento de homicidio de su compañero minusválido. Entendió que no estaba loco, que supo lo que hacía, aunque él intentó hacerse pasar por un trastornado. Fue examinado por los peritos y estos determinaron que distinguía el bien del mal. Se negó a declarar ante el juez, que lo envió a prisión por intento de homicidio.