Hoy: 27 de noviembre de 2024
El vicepresidente de la Comisión Europea encargado del Modo de Vida, Margaritis Schinas, ha reafirmado hoy jueves su oposición al controvertido modelo de competición de la Superliga. Esta iniciativa, gestada originalmente por un grupo de clubes europeos, entre ellos el Real Madrid y el FC Barcelona, ha sido nuevamente condenada por Schinas, quien destaca que el fútbol europeo representa “valores” de cohesión y no es exclusivo “para las élites”.
En un mensaje difundido a través de sus redes sociales y recogido por Europa Press, Schinas subrayó: “El principio fundamental de Europa es la solidaridad. Nuestro apoyo constante a un modelo deportivo europeo basado en valores no es negociable”. Este comunicado se produjo poco después de que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) señalara el “abuso de posición” de la UEFA y la FIFA, considerando ilegal su veto a la Superliga.
“El fútbol europeo siempre seguirá siendo un vector de inclusión y cohesión. Para muchos. No sólo las élites”, afirmó Schinas en un mensaje que evita mencionar expresamente la Superliga, la UEFA o la FIFA, pero que reitera los argumentos previamente utilizados para censurar el proyecto en 2021.
En dicha ocasión, el político griego abogó por “defender un modelo de deporte basado en valores europeos como la diversidad y la inclusión”, sosteniendo que “no cabe reservarlo a algunos clubes ricos y poderosos”.
La sentencia del TJUE emitida este jueves razona que las normas de la FIFA y la UEFA, que subordinan a su aprobación previa cualquier proyecto de nueva competición de fútbol de clubes, son contrarias al Derecho comunitario de competencia. El Alto Tribunal europeo advierte que estas asociaciones internacionales carecen de criterios que garanticen transparencia, objetividad, no discriminación y proporcionalidad, constituyendo así un “abuso de posición dominante”.
Asimismo, el fallo destaca que las reglas que otorgan a la FIFA y la UEFA un control exclusivo sobre la explotación comercial de los derechos de estas competiciones pueden restringir la competencia y perjudicar a medios de comunicación, aficionados y telespectadores al obstaculizar su participación en nuevas competiciones innovadoras o interesantes.
La corte europea reconoce las características “específicas” del deporte, pero advierte que la organización de campeonatos de fútbol de clubes y la explotación de los derechos de difusión son actividades económicas y, por lo tanto, deben regirse por las normas de competencia comunitarias y de libre circulación.
En conclusión, el TJUE subraya que, a pesar de estas consideraciones, una competición como la Superliga “no debe ser necesariamente autorizada”, y aclara que no se pronuncia sobre el proyecto específico, ya que las cuestiones planteadas fueron de carácter general acerca de las normas de la FIFA y la UEFA.