¿Qué hacemos con las pecas que nos han salido este verano?

23 de septiembre de 2023
3 minutos de lectura
Un rostro con pecas.| Infosalus
El estío es una temporada en la que muchas personas disfrutan del sol y el aire libre

¿A quién no le salen pecas en la cara después del verano? Suelen ser bastante frecuentes, especialmente en personas de piel clara, y salen tras una exposición a la luz solar, más habitual en verano. ¿Conviene quitárnoslas? ¿Cómo se van?¿Son peligrosas?

En una entrevista el doctor David Revilla, dermatólogo de la Clínica Dermatológica Internacional de Madrid, manifestó que estas pecas o “efélides” se producen por un daño en la piel provocado por la radiación ultravioleta solar que hace aumentar el tamaño de las células que dan pigmento a nuestra piel.

“Estas células son los melanocitos que produce la melanina y que nos protegen de la radiación solar. En las pecas lo que vemos es un aumento de melanocitos y de melanina de forma parcheada. Es como ponerse moreno a cachos”, explica este especialista.

Es un daño solar

En este sentido, las pecas salen más en verano por la misma razón que por la que nos ponemos morenos en esta época del año, también por la exposición solar típica en estos meses, indica el doctor Revilla. “Y es normal que en gran parte desaparezcan en invierno igual que desaparece el bronceado del verano. Las que no desaparecen normalmente es porque no son pecas”, advierte.

Las pecas son más frecuentes en personas que tienen la piel clara y salen normalmente en zonas muy expuestas al sol, como puede ser la cara, apunta este experto de la Clínica Dermatológica Internacional. Es más, indica que es habitual verlas en la nariz y en las mejillas, que es donde habitualmente nos quemamos.

“Pueden empezar a salir desde que somos pequeños. Existe cierta predisposición genética por una variación en el gen receptor de la melanocortina y otros genes. No son malas pero, si aparecen debemos tener en cuenta que es una señal de daño solar y eso puede tener repercusiones en la aparición del cáncer de piel en el futuro”, avisa este dermatólogo.

Hay que diferenciarlas de los léntigos solares

Normalmente son pequeñas, de 1 a 3 milímetros, y de color marrón claro. “Como he dicho desaparecen o se aclaran. Cuando son más grandes, y son de color algo más oscuro, no son pecas. Son léntigos solares”, puntualiza el doctor Revilla.

Revilla mantiene que los léntigos solares son algo diferentes y muy frecuentemente confundidos por los pacientes con las pecas. “En los léntigos existe un aumento de melanina sin aumento de los melanocitos, y hay un ligero engrosamiento microscópico de la capa superficial de la piel que, además, está pigmentada también por melanina. Cuando hay muchos léntigos solares estamos ante un daño solar crónico importante”, aprecia.

La importancia de la prevención

Con todo ello, este especialista resalta que podemos prevenir las pecas y léntigos (y ese daño solar) con un buen fotoprotector. “Los fotoprotectores más recomendados para una protección completa y que también controlan más la pigmentación está demostrado científicamente que son los fotoprotectores minerales o con color (que se hace con minerales) asociados a antioxidantes”, agrega.

Ahora bien, sí especifica este dermatólogo que no debemos protegernos sólo la zona de la cara con pecas o léntigos sino todo el cuerpo: “Esto último lo podemos hacer con fotoprotectores minerales corporales. También podemos asociar a todo esto una buena fotoprotección oral que no tenga sustancias pigmentante. Estos fotoprotectores orales son cápsulas con suplementación de diferentes vitaminas y otros componentes que nos ayudan a que nuestra piel sea más resistente a la radiación solar”.

En definitiva, este experto no ve necesario, ni cree que tenga demasiado sentido tampoco, el tratar las pecas, ya que normalmente desaparecen. “Otra cosa es si hablamos de léntigos solares que, entonces, sí se pueden tratar. Pero se pueden tratar por motivos estéticos, ya que malos no son”, sostiene.

Por lo tanto, hace hincapié en la importancia de descartar que sean malos, es decir, que esa mancha no sea un melanoma. “Esto siempre debe ser realizado por un dermatólogo especialista vía MIR, en consulta. En la mayoría de las ocasiones es necesaria una valoración con dermatoscopia que se hará en la misma consulta”, añade.

En conclusión, una vez está hecho este paso y se haya confirmado que son léntigos solares y que nos los queremos quitar, dice el doctor Revilla que podemos tratarlos de diferentes maneras: quemadura con frío, láseres ablativos, luz pulsada, o láseres Switched/picosegundos dirigidos a pigmento. “Los ‘peelings’ también pueden ser una buena herramienta. Y todo esto debe ir asociado a una buena fotoprotección y rutina cosmética con activos renovadores y despigmentantes”, sentencia el dermatólogo de Clínica CDI.

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