Hoy: 28 de noviembre de 2024
Admiro a la gente que puede leer en el metro, agarrados con una mano a las asas de cuero, ennegrecidas por la sujeción de los que ayer pasaron y de los que también leyeron en vilo hace unos días. Tiene mucho mérito acomodar los ojos al baile de las letras sin que pierda intención la trama de lo leído. Uno que pasa y empuja, otros que miran de reojo las voluntades de los que llegan; los más, se fijan en el enlace de las líneas y sus correspondientes estaciones: Manuel Becerra, Quevedo, Tirso de Molina… ¿Quién habrá sido ese tal Tirso?, preguntaba una adolescente a su amiga con tatuaje de flores en el pecho abierto, que respondió sin ganas:
-Sería alguno de esos emboscados de cualquier guerra porque, en una estatua suya que he visto cerca de Sol, llevaba una especie de capucha.
…Y el pobre de fray Gabriel Téllez no dijo ni pío en el trayecto que quedaba.