Hoy: 23 de noviembre de 2024
En el número tres de la antigua calle Velintonia, vivió, sintió, sufrió, escribió y amó, con discretas intensidades, el indiscutible Vicente Aleixandre.
A su quietud tuberculosa llegaban cada día los sonidos del hambre. Miguel Hernández, a quien tanto quería, le llevaba naranjas de su huerta y don Vicente le miraba hasta el fondo de los ojos para adivinar el cauce de sus sueños. Pepín Bello, Manolo Altolaguirre, Federico, Carlos Morla… iban hasta él porque necesitaban de su voz y, de su mano, las caricias. Cuando en alguno de ellos, don Vicente descubría posibilidades se lo llevaba a las habitaciones de dentro, a los humedales de la casa y allí se conmovían.
En Velintonia 3 están las voces guardadas de la mejor cultura. Nuestros sentimientos perdidos en ella bailan todavía.
Está la casa en venta y, por mucho que pidan, no habrá dinero para comprarla.