El estrés no solo afecta tu mente; también puede golpear tu cabello. Cuando estás bajo presión constante, tu cuerpo libera hormonas que alteran el ciclo natural de crecimiento del cabello. Esto puede provocar que los folículos entren en una fase de “descanso” y, como consecuencia, que se caigan más cabellos de lo habitual.
Perder entre 50 y 100 cabellos al día es normal. Sin embargo, si notas mechones en la ducha, en el cepillo o sobre la almohada, puede ser señal de que tu cabello está respondiendo al estrés. Lo curioso es que esta caída no suele ser inmediata: puede aparecer semanas o incluso meses después de un episodio estresante.
La buena noticia es que, en muchos casos, esta caída es temporal. Cuando la situación que genera tensión mejora, el cabello puede volver a crecer normalmente. Entender este proceso ayuda a reducir la ansiedad que provoca ver más cabello del habitual, según La Vanguardia MX.
Lo primero es reconocer que el estrés puede afectar tu salud capilar y tomar medidas para controlarlo. Dormir lo suficiente, hacer ejercicio ligero, respirar profundamente y tomar pequeños descansos durante el día son estrategias sencillas que ayudan.
La alimentación también juega un papel importante. Mantener una dieta equilibrada, rica en vitaminas y minerales, puede fortalecer los folículos y favorecer el crecimiento del cabello. Evita remedios milagrosos o suplementos excesivos: no siempre funcionan y, en algunos casos, pueden generar problemas adicionales.
Si la caída persiste durante varios meses o se vuelve preocupante, es recomendable acudir a un profesional. Un dermatólogo puede identificar si hay otros factores involucrados y sugerir tratamientos adecuados, desde cuidados tópicos hasta terapias más especializadas.
Finalmente, la paciencia es clave. Es normal sentirse ansioso al ver más cabellos de lo habitual, pero recuerda que el crecimiento capilar es un proceso lento. Con hábitos saludables y tiempo, es muy probable que tu cabello se recupere.