Hoy: 22 de noviembre de 2024
La teoría guatemalteca señala que el Lago Atitlán y el Cerro de Oro habrían sido tomados por el escritor y piloto francés Antoine de Saint-Exupéry para las metáforas de su popular novela publicada en 1943.
El Principito es una obra cargada de mensajes y metáforas sobre la vida y todo hace indicar que el autor se habría inspirado en los paisajes guatemaltecos alrededor del Lago Atitlán.
En una de sus primeras escenas, el escritor y piloto Antoine de Saint-Exupéry describe: “Mi dibujo no representaba un sombrero. Representaba una serpiente boa que digería un elefante”.
Esa imagen habría estado inspirada en la silueta del Cerro de Oro, que es el cráter del volcán Tolimán, que se observa del lago Atitlán, en Panajachel.
Sin embargo, la periodista argentina Laura Cerezo, experta en la obra de Antoine de Saint-Exupéry, descree en esa versión.
Consultada por Fuentes Informadas (FI), aseveró: “Es la primera vez que escucho esta versión donde se menciona Guatemala. En ninguna biografía de él, ni en ningún estudio de El Principito se menciona al paisaje guatemalteco”.
Cerezo recordó: “Exupéry hizo siempre la ruta de la Aeropostales de Europa a la Argentina y después intentó batir récords de velocidad y voló sobre otras zonas. Ahí conoció el desierto que inspiró El Principito. Y después hizo esas misiones de reconocimiento donde finalmente es abatido durante la segunda guerra”.
Consultada, por dónde podría haber venido la relación entre El Principito y Guatemala, la periodista respondió: “No hay elementos. Solo que su esposa era salvadoreña, no sé si habrá una relación por ese lado”.
También, Cerezo explicó: “Como el escritor murió un año después de la publicación, no habló sobre los paisajes que lo inspiraron. Todo lo que hay entra en el ámbito especulativo. Por ejemplo, él habla de los baobabs, que hay que arrancarlos de raíz, pero los críticos del libro ven en eso una alusión al nazismo, a la necesidad de frenarlo antes que sea tarde, con lo cual no habría referencia a un paisaje”.
Laura Cerezo afirmó: “Está claro que el paisaje inspirador de la obra es el desierto. Sin embargo, El Castillo San Carlos en la provincia argentina de Entre Ríos es más mencionado como un lugar inspirador. Saint- Exupéry hace referencia a su estadía allí en Tierra de Hombres”.
Por otro lado, cabe recordar que la novela fue publicada en 1943, un año antes de que falleciera su autor, y apareció en francés y en inglés, por la editorial estadounidense Reynal & Hitchcock, mientras que la editorial francesa Gallimard no pudo imprimir la obra hasta 1945, tras la liberación de Francia.
El Principito está Incluido entre los mejores libros del siglo XX en Francia y se ha convertido en el más leído y más traducido, se lo puede leer en más de 250 idiomas y lleva vendido más de 140 millones de ejemplares en todo el mundo.
En español, se conoció por primera vez en Argentina donde fue traducida por Bonifacio del Carril y publicada por Emecé Editores en septiembre de 1951.
La novela es breve y está considerada como un libro infantil (por la forma en la que está escrito), pero que es en realidad una crítica a la adultez en la que se tratan temas profundos como el sentido de la vida, la soledad, la amistad, el amor y la pérdida.
La versión guatemalteca señala que el planeta en el que vive El Principito, el Asteroide B-612, estaría inspirado en el lago Panajachel, que está rodeado de tres volcanes (como los que había en el clásico literario) y como es un libro cargado de mensajes y metáforas sobre la vida habría estado inspirado en los paisajes alrededor del Lago Atitlán, en Guatemala.
Para los guatemaltecos, en una de sus primeras escenas, el escritor describe: “Mi dibujo no representaba un sombrero. Representaba una serpiente boa que digería un elefante”. Esa imagen habría estado inspirada en la silueta del Cerro de Oro, que es el cráter del volcán Tolimán, que se observa del lago Atitlán, en Panajachel.
El piloto escritor habría partido desde el aeropuerto de Nueva York, con destino a Punta Arenas, al sur de Chile el 14 de febrero de 1938, pero una diferencia en la unidad de medida que usaba junto a su mecánico hizo que la aeronave se sobrecargara y se estrellara minutos después de despegar.
Su recuperación la llevó a cabo en Antigua Guatemala, donde vivió por un tiempo y en donde recorría con frecuencia los paisajes de Panajachel.