En una operación policial sin precedentes llevada a cabo en las localidades de Brenes y Cantillana, en Sevilla, las autoridades han logados desmantelar una red criminal dedicada a la explotación laboral de ciudadanos rumanos y moldavos.
Tres líderes clave de la organización fueron detenidos y enfrentan cargos que incluyen pertenencia a organización criminal, trata de seres humanos con fines de explotación laboral, contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, usurpación de identidad y falsedad documental.
La investigación se inició en abril de 2022 tras recibir informes de víctimas de trata en la localidad de Brenes. La red, compuesta por dos clanes familiares, reclutaba a sus víctimas en países de origen a través de anuncios y redes sociales, ofreciendo empleo en España con condiciones laborales y salarios ficticios. Una vez reclutadas, las trasladaban a Sevilla, generando una deuda que las mantenía en una situación de vulnerabilidad extrema.
Las condiciones de vida de las víctimas eran infrahumanas. Vivían en lugares con cables sueltos, colchones apilados sobre cajas de recolección, moho y suciedad en las paredes y el baño. Los responsables controlaban a las víctimas, impidiéndoles abandonar libremente las viviendas.
Según fuentes cercanas a la investigación, el modus operandi de la organización incluía la falsificación de la identidad de los trabajadores mediante la modificación de documentos auténticos
Durante extenuantes jornadas laborales, las víctimas realizaban diversas tareas agrícolas, siendo la recolección de productos hortofrutícolas su principal actividad. Los responsables no permitían que las víctimas comieran ni bebieran durante el trabajo, incluso en condiciones de altas temperaturas y esfuerzo físico. Al término de la jornada, algunas víctimas se veían obligadas a buscar alimentos en la basura para poder alimentarse.
La crueldad de la red quedó evidenciada cuando una víctima, menor de edad y embarazada, sufrió un aborto debido a las condiciones de explotación laboral. Otras víctimas se desmayaron por agotamiento, siendo arrastradas fuera de la vista del público bajo amenazas. En un intento desesperado de escapar, una de las víctimas se arrojó por la ventana, resultando gravemente herida.
La operación policial culminó con siete entradas y registros en Brenes y Cantillana, donde se incautaron tres vehículos de lujo, machetes, un bolígrafo pistola, una defensa extensible, teléfonos móviles de alta gama, ordenadores, dispositivos de almacenamiento, relojes y joyas de alto valor, más de 37,000 euros en efectivo y documentación relevante.
En total, se logró la liberación de 21 víctimas de explotación laboral. La coordinación entre la policía, la Unidad de Trata de Personas y Extranjería de la Fiscalía de Sevilla, la Agregaduría de Interior de España en Rumanía y el Ayuntamiento de Brenes fue fundamental para el éxito de la operación. Los detenidos, tras comparecer ante la justicia, fueron enviados a prisión, marcando un importante golpe contra esta red criminal que operaba impunemente.