Nunca se me ocurrirá afiliarme a partido político alguno porque así tengo siempre la libertad de no defender aquellas propuestas ajenas a los valores que argumentan mi vida. Es vergonzoso cómo se pueden defender postulados absurdos o maléficos sólo porque la dirección del partido así lo propone. Al fin, votamos las miserias.
Sin embargo, en Veraluz estábamos muy contentos porque diez familias decidieron acoger a migrantes para ayudar a la inserción educacional de aquellos que vienen buscando futuros más dignos de la condición humana.
En cada casa instalaron a uno con las comodidades posibles, aunque acordaron reunirse en un centro dos veces en semana para no sufrir la ausencia del compañerismo y corregir, si procediera, algunos planteamientos…
De los diez, ocho protestaron por algo: o no tenían agua caliente o la cama era estrecha o no les dejaban dormir los mosquitos. Como sigan así, pensé yo, cualquier día nos van a reclamar la Mezquita de Córdoba. Dicho y hecho: acaba de arder una capilla de la catedral y ya están pidiendo explicaciones.
… Poco a poco hila la vieja el copo.
Pedro Villarejo