La Esclerosis Múltiple España (EME) ha recordado que esta enfermedad neurológica puede provocar múltiples síntomas —muchos de ellos invisibles— que impactan profundamente en la calidad de vida de los pacientes. De hecho, una misma persona puede llegar a experimentar hasta 14 síntomas simultáneos, afectando así su capacidad para realizar actividades cotidianas.
Bajo el lema Mi esclerosis múltiple es real, no me la invento, EME ha lanzado una campaña para visibilizar esta realidad y promover una mayor comprensión y reconocimiento de los síntomas. La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad neurológica, crónica y heterogénea, que afecta a más de 55.000 personas en España, con unos 2.500 nuevos casos anuales, principalmente en mujeres jóvenes.
Entre los síntomas más comunes se encuentran la fatiga, los problemas sensoriales, las alteraciones del sueño, la depresión, los cambios de humor y el dolor.
La presidenta de EME, Ana Torredemer, ha subrayado la necesidad de generar mayor evidencia científica para acortar los tiempos de diagnóstico y tratamiento. Actualmente, se estima que en España transcurren cerca de cinco años desde la aparición de los primeros síntomas hasta el inicio del tratamiento modificador de la enfermedad, lo que repercute negativamente en el pronóstico de los pacientes.
Según el estudio europeo IMSS, en el que participaron 1.322 personas de España, el tiempo medio entre la aparición de síntomas y el diagnóstico es de tres años, y desde el diagnóstico hasta el inicio del tratamiento, transcurren casi dos años adicionales. EME considera esencial reducir estos plazos para mejorar el abordaje y evolución de la enfermedad.
El tratamiento de la EM implica la intervención de cuatro o cinco profesionales sanitarios, incluidos neurólogos, médicos de atención primaria, enfermeros, fisioterapeutas y psicólogos o psiquiatras. Por este motivo, EME reclama un sistema sanitario más coordinado, integrado y personalizado que aborde de manera integral las necesidades de los pacientes.
EME también ha insistido en la necesidad de ofrecer una atención más holística, que contemple tanto los aspectos médicos como los desafíos emocionales y laborales de las personas con EM. Actualmente, una de cada tres personas con EM no trabaja debido a la enfermedad, y los pacientes jóvenes (de entre 18 y 35 años) reportan mayores niveles de ansiedad, pese a experimentar menos síntomas que otros grupos de edad.