La periodista y escritora Ruth Baza acusa al actor de besarla en la cara y el cuello y de penetrarla con sus dedos a través de la ropa
La periodista y escritora española Ruth Baza ha presentado una denuncia por violación contra Gérard Depardieu ante la policía de Torremolinos (Málaga). En ella relata que el actor la besó en la cara y el cuello y que la penetró con sus dedos a través de la ropa tras una entrevista tensa en París en 1995.
“Me besó en los labios profundamente y después en la cara con frenesí. De repente, noté su mano en mi pecho y después en la entrepierna, no podía moverme”, señala Baza. Por aquel entonces, la periodista tenía 23 años y trabajaba para la revista Cinemanía. En ese momento, Depardieu estrenaba la película El coronel Chabert.
Baza detalla que tras este abuso “desconectó” de su cuerpo y que volvió a Madrid “todavía en shock”. “No podía pensar con claridad, pero sabía que aquello no estaba bien”, comenta. Asimismo, reconoce que intentó olvidar lo sucedido tras hablar con el entonces director de Cinemanía, Javier Angulo.
Sin embargo, las acusaciones por violencia sexual que ha recibido en los últimos tiempos Depardieu han estimulado a Baza a denunciarlo. De hecho, el actor ha sido acusado por trece mujeres de violencia sexual durante los rodajes de once películas estrenadas entre 2004 y 2022, según el periódico francés Mediapart.
El 7 de diciembre, la actriz francesa Hélène Darras denunció por agresión sexual a Depardieu en la película Disco, de 2007. Asegura que su comportamiento fue “ingobernable” y detalla que le propuso ir a su camerino. Ella se negó, aunque eso no impidió al actor seguir “manoseándola”.
Aunque hasta ese momento Darras no había denunciado, sí había aportado su testimonio a la policía para apoyar a Charlotte Arnould. Esta actriz acusó a Depardieu de violarla en una mansión.
“Es el rey del set. Me miraba como si fuera un trozo de carne y me agarraba por la cintura, me tocaba la cadera y las nalgas. Una vez me dijo sin rodeos: ‘¿Quieres subir a mi camerino?’ Le dije que no, pero eso no cambió el hecho de que entre toma y toma siguiera manoseándome”, relata Arnould.