Una nueva vida

10 de noviembre de 2024
5 minutos de lectura
Juan de Justo, ex alto cargo de Interior del PSOE. | Fuente: FI
JUAN DE JUSTO RODRÍGUEZ

El pasado día 28 de octubre comenzó la última semana de una vida y trato de prepararme para la aventura que comienza y que, de momento, solamente promete ser más corta que la que finalizó el día 31 del mismo octubre.

Es imposible resumir toda una vida llena de vivencias (valga la redundancia) y que he sido capaz de bandear hasta hoy; precisamente finaliza una vida y comienza otra dentro de un caos, dentro de una sensación de no tener bien rematada la faena, e el bien entendido de que se trata de una mera percepción y como tal de un punto de vista absolutamente subjetivo que, seguramente, no se ajusta a la verdad en general.

Acabo más de 72 años de vida sumergido en el peor espectáculo al que podría asistir, un mundo en guerra y una situación verdaderamente caótica en la política de España, esa madre por la que he pretendido pelear y he peleado desde cualquier lugar en el que me haya encontrado, esa loca diversa que es capaz de las más grandes hazañas t¡y de las más deleznables bajezas, compuesta por un conjunto de paisanaje que pretende marcar unas diferencias inexistentes y que por esa misma contradicción es incapaz de entender pues como ya advirtió sabiamente D. Antonio Machado, en España de cada 10 cabezas 1 piensa y 9 embisten y aún hoy y por esa misma razón sigue siendo manipulada por la misma lacra que lo hizo en el Siglo XIX, de no muy buen recuerdo, los hechiceros de la tribu es decir, los políticos y la iglesia, ambas desde el mismo punto de partida, con los mismos aliados y con la misma intención pero utilizando hoy sofisticados medios, ayer fue un “vivan las caenas” hoy un “viva el fútbol” amé de la necesidad imperiosa de tener un exhaustivo conocimiento de la vida de terceros y si es con desgracia incluida, mejor.

Una buena parte de nuestra generación creyó haber dado con la solución alas cuitas que nos dividen y se sumergió en un proyecto que arrastro y acarició como bueno hasta hoy y, funcionó, hasta que alguno de aquellos malhadados hechiceros compendio que esa unidad no le permitiría nunca controlar a los difíciles españoles y directamente rompió el principio del consenso que no era otro que la utilización del terrorismo etarra como arma política, las consecuencias de esa ruptura no se hicieron esperar y los principios de los años 90 nos devolvieron las dos Españas y engordaron las expectativas de los que, agazapados, pretendían y pretenden la ruptura de España, consiguieron abrir el camino los que hoy se han convertido en una vergüenza para todos, el impulso de quienes viven de la violencia y no dudarían en volver a utilizarla si de ello depende su ansia de poder.

Estos años vividos han sido los años de los cambios drásticos, del pase del bolígrafo a la actual trivialidad en el uso de los medios técnicos de comunicación y a muchos esto puede que nos haga recobrar el recuerdo de aquello felices años pasados.

Algo debía ocurrir para que pudiéramos comprobar cuanto vengo señalando y la sabia naturaleza nos ha proporcionado el medio para llevar a cabo la referida comprobación, hasta que punto somos capaces de adaptarnos a cualquier situación. Las inundaciones en Valencia y algún que otro punto de España nos han mostrado la cara de quienes ocupan esos 350 escaños de la Carrera de San Jerónimo, sin acabar de conocer el alcance de los daños, principalmente en vidas humanas, han comenzado con su interminable y “tu más”, por si esto no fuera suficiente, ávidos de protagonismo, con el afán de la fotografía, acuden al epicentro de la desgracia en el momento más inoportuno y surge un grave problema, nuevamente aprovechado por los enemigos de la democracia y de España para dar señales de vida pero ¿son ellos los únicos culpables?, rotundamente NO, las actitudes y gestos de nuestros dirigentes les alimentan y estos, en lugar de atajar el problema, inciden más en agrandar aquello que solamente hace crecer a los indeseables.

Por otro lado, y siendo políticamente incorrecto, he de hacer una mención a la hipocresía de la ciudadanía que nuevamente lava su conciencia y trata de mostrar una cara que cada día más, oculta en el ascensor, en el coche, en el trabajo, la cara insolidaria y egoísta. No es la primera vez que asistimos a este esperpento ¿se acuerdan de la pandemia?, TODOS ÍBAMOS A SER MEJORES DESPUÉS….. Enviando un paquete de garbanzos o 50 euros nos hemos convertido en el ejemplo de la solidaridad internacional. ¿Cómo son en otros países?

Triste semifinal de una vida profesional que comenzó en enero de 1967 y finaliza, parcialmente, en 2024. Siempre esperaba que si alguna de estas desgracias como la sufrida en Valencia se daba en España, interviniera inmediatamente el Estado o el estadillo de turno y que si esto no ocurría, los ciudadanos les exigieran esa intervención, pero para unos y otros resulta mucho más cómoda la postura del paquete de garbanzos alentada desde las clases dirigentes y del otro mal.

Estos que debíais dirigir y actuar en ayuda de los ciudadanos, reaccionar, el Estado es el responsable del bienestar ciudadano y a él hemos de exigirle ese bienestar a través de sus dirigentes y su actuación ha de ser inmediata, sin falsas distorsiones haciendo recaer la culpa siempre en el de enfrente, las Cortes debieron reunirse en el momento en que estaba ocurriendo la desgracia, hoy existen medios más que suficientes para calibrar las consecuencias de una desgracia como la vivida y hubiera sido y es útil actuar al momento, es muy importante que los ciudadanos nos sintamos arropados y respaldados por nuestro Estado, pero esto no es posible hoy, hemos conseguido llegar al absurdo de discutir sobre los cadáveres sin enterrar, evitemos que esto suceda, evitemos los muertos primero y esto no ha sido posible, procedamos dándoles la dignidad que merecen, a ellos y a sus familiares, satisfagamos todas las necesidades creadas tras una desgracia como esta y cuando persona haya conseguido reanudar su vida cotidiana, volvamos a la discusión.

Esto que parece y es tan sencillo es lo mas lejano a la capacidad intelectual de quien dirige y quien obedece, quien dirige discute sobre el sexo de los ángeles mientras ánima a los dirigidos para que hagan su trabajo, esto libera las conciencias de unos y de otros pero, fundamentalmente, hace acomodarse a quien dirige y adormece un poco más a quien es dirigido y ambos recobraran sus vicios de vida en breve tiempo y Valencia seguirá ahí.

Lamento profundamente ver el daño que la naturaleza ha causado a tantos ciudadanos, pero a quienes lo vemos desde fuera nos crea preocupación, si ocurre algo que nos afecte directamente sabemos que solamente contamos con el paquete de garbanzos de ese que no nos da los buenos días en el ascensor y desconoce nuestro nombre e ignora si ese día hemos comido y recibiremos muchas palmaditas en la espalda y seremos testigos de maravillosas poses de personajes fotografiándose ante los cadáveres y discutiendo sobre la competencia de la apertura de la gaseosa.

Me gustaría tocar alguna conciencia y hacer reflexionar a todos sobre nuestra posición en la sociedad, conocer el papel que nos corresponde, actuar conforme a él, cumplir con nuestra obligaciones ciudadanas y hacer cumplir a nuestros dirigentes con el papel que le corresponde.

En fin, en la nueva vida que comienza y que junto a mi familia y amigos pretendo que, aunque corta, sea lo más satisfactoria posible, tratare de seguir expresando mis pensamientos desde este medio que me lo facilita gracias a ese querido amigo que lo dirige y que me anima a seguir con ello. ¡Muchas gracias José Antonio!

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