Hoy: 27 de diciembre de 2024
La calidad de vida de las mujeres con cáncer de mama puede verse comprometida debido a la falta de una cirugía adecuada, advierte la experta Isabel Rubio, directora de Patología Mamaría de la Clínica Universidad de Navarra y presidenta de la Sociedad Europea de Cirugía Oncológica. Aunque la supervivencia en etapas tempranas es alta, la experta enfatiza que el tratamiento inadecuado puede desencadenar una peor calidad de vida.
“No todo es la supervivencia en las pacientes de cáncer de mama. Si le realizan una mastectomía bilateral que no necesita, su calidad de vida en todos los años restantes no va a ser buena”, expresa Rubio. Además, la experta destaca la importancia de no solo considerar la supervivencia estadística, sino también el impacto de las intervenciones en la calidad de vida a largo plazo.
Rubio señala que algunas pacientes reciben “sobretratamiento”, lo que conlleva efectos secundarios innecesarios. Subraya la falta de datos detallados a nivel nacional sobre la calidad de vida de las pacientes después del tratamiento y la necesidad de evaluar más allá de la mera supervivencia.
La especialización en unidades de mama es crucial para garantizar la calidad del tratamiento, destaca la experta. Además, critica que en España se continúa tratando a mujeres con cáncer de mama en unidades no especializadas, lo que puede afectar negativamente los resultados del tratamiento.
Rubio advierte también sobre el riesgo que representa la falta de especialización, especialmente en cirugía oncológica. Subraya la importancia de la formación continua y la especialización para garantizar la excelencia en el manejo del cáncer.
El presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), César Rodríguez, destaca los avances en el conocimiento del cáncer de mama en los últimos años. Estos avances han mejorado significativamente los tratamientos disponibles para las pacientes.
Rodríguez enfatiza la importancia de adoptar estrategias de vida saludable para las mujeres que han tenido cáncer de mama. Recomienda una dieta saludable, ejercicio regular y evitar el consumo de alcohol y tabaco como medidas fundamentales para mejorar la calidad de vida y reducir el riesgo de recurrencia.