Hoy: 27 de diciembre de 2024
Los cárteles mexicanos están llevando a cabo experimentos utilizando personas en situación de vulnerabilidad y animales como sujetos de prueba, en un intento por mantener el control del mercado de esta droga en Estados Unidos. Según testimonios de cocineros del Cártel de Sinaloa y miembros de la comunidad, estas pruebas buscan calibrar la potencia de la sustancia mezclándola con anestésicos y sedantes para animales.
En campamentos de personas sin hogar, agentes del cártel ofrecen dinero a cambio de inyectarse sus fórmulas experimentales. Los efectos son monitoreados y grabados, y las reacciones pueden ser letales. Pedro López Camacho, un residente de uno de estos campamentos, relató cómo estas drogas han causado múltiples muertes a su alrededor.
Por otro lado, en laboratorios clandestinos, los “cocineros” del cártel prueban la potencia del fentanilo en conejos, gallinas y otros animales. Si los animales sobreviven más de 90 segundos, el lote es considerado demasiado débil para la venta. Estas prácticas reflejan la descentralización y brutalidad de la producción, donde los errores se castigan con violencia extrema.
La creciente dificultad para acceder a precursores químicos desde China ha llevado a los cárteles a improvisar y buscar alternativas para aumentar la potencia y rentabilidad del fentanilo, resultando en una mezcla de sustancias cada vez más tóxica e impredecible, según El Diario de Chihuahua.
Expertos en drogas y autoridades internacionales han señalado un aumento en la variedad y letalidad de las fórmulas de fentanilo, que ahora incluyen aditivos como xilacina, conocida como Tranq. Estas combinaciones no solo aumentan las ganancias, sino que también generan productos aún más peligrosos para los usuarios finales.
Un cocinero del cártel resumió la falta de escrúpulos detrás de la producción: “Si no hubiera tanta gente en Estados Unidos buscando drogarse, no venderíamos nada. Solo aprovechamos la situación”.