Un sismo de magnitud 3,2 sacudió este jueves la región de Nápoles, al sur de Italia, provocando desprendimientos parciales en estructuras del yacimiento arqueológico de Pompeya. La histórica ciudad romana, sepultada por la erupción del Vesubio en el año 79 d.C., sufrió la caída parcial de un muro y de una bóveda en una zona que ya había sido dañada en el fuerte terremoto de 1980, detalla Vanguardia.
El área afectada corresponde a la conocida como Insula Meridionalis, una sección sin frescos ni elementos decorativos relevantes. Según informó el Parque Arqueológico de Pompeya, la estructura estaba apuntalada y en proceso de restauración al momento del sismo. Afortunadamente, no se han reportado heridos, y los trabajos de inspección comenzaron de inmediato.
Tras el suceso, el equipo del parque activó un protocolo de seguridad para asegurar la zona dañada e inició una revisión más amplia del yacimiento. “Pompeya es un sitio frágil”, declaró Gabriel Zuchtriegel, director del recinto, destacando la importancia de una inspección general luego del enjambre sísmico detectado.
Los terremotos son frecuentes en esta región, especialmente en la zona norte de Nápoles, donde se sitúa el área volcánica activa de los Campos Flégreos, lugar donde se localizó el epicentro. Para hacer frente a estos riesgos, Pompeya mantiene una vigilancia periódica de sus más de 13.000 estancias en colaboración con expertos, con el fin de conservar este invaluable legado histórico.