El artista neoyorquino Spencer Tunick vuelve a España con un proyecto único. Este sábado 20 de septiembre retratará a cerca de 2.000 personas desnudas en un olivar de Granada. La acción forma parte de ‘Retrato Alhambra 1925’, en conmemoración del centenario de la marca de cervezas Alhambra.
Tunick ya ha conseguido que miles de voluntarios se registren en www.retratoalhambra1925.com, aunque la inscripción sigue abierta. Los participantes estarán cubiertos con pintura corporal verde, el tono exacto que el artista considera perfecto para integrarse con los muros de la Alhambra.
La mayoría de los inscritos son españoles y británicos, pero también hay personas de toda Europa, Estados Unidos, México y Argentina. “A la mayoría les mueve vivir algo único y su amor por el arte y la cultura. Algunos incluso han participado en anteriores instalaciones”, explican desde Alhambra.
Tunick describe su trabajo con el desnudo como “una explosión de vida que se enfrenta a sociedades conservadoras”. Desde 2010, ha trabajado en la idea de reunir cuerpos en espacios públicos, buscando siempre un equilibrio entre estética y comunidad. La elección de este olivar granadino surgió de manera casual. Durante un viaje en furgoneta desde Madrid, un apagón dejó a España sin luz ni comunicaciones. Mientras conducía, los olivos le recordaron a personas alineadas como una pintura o una banda de música. Esa imagen le inspiró para la instalación, según ha publicado Europa Press.
Tunick ha trabajado antes en ciudades como Valencia, San Sebastián y Barcelona. Reconoce que Valencia fue la más difícil, por la logística de reunir voluntarios. Sin embargo, insiste en no trabajar con modelos profesionales. “Sería imposible pagar a todos. Además, los voluntarios crean una energía que no se puede comprar”, explica entre risas.
El artista destaca que la pintura corporal ayuda a que los participantes pierdan la timidez. “Se sienten más libres. Incluso un jefe de policía ha participado alguna vez”, recuerda. Su objetivo es generar camaradería y movimiento, llevando a los participantes a formar figuras simples y armoniosas.
Con el apoyo de cervezas Alhambra, Tunick asegura que la experiencia es tanto un regalo para él como para quienes participan. Para los voluntarios, promete un día de conexión, arte y sensación de pertenencia a algo más grande que ellos mismos. La Alhambra y su olivar serán testigos de una fotografía que, sin duda, quedará en la memoria de todos.