Lo que es bueno para la tierra es bueno para las personas y las economías. No obstante, la humanidad está degradando la tierra a un ritmo alarmante,
lo que cuesta a la economía mundial casi 880 mil millones de dólares al año, mucho más que las inversiones que se necesitan para hacer frente al problema.
Las sequías obligan a las personas a dejar su hogar y agravan la inseguridad alimentaria: el número de nuevos desplazados es, en la actualidad, el más alto de los últimos años.
Si reparamos el daño que causamos a la tierra obtendremos enormes beneficios, en particular gracias al importante rendimiento de la inversión. Reparar el daño ayudará a reducir la pobreza, generar empleo, proteger las fuentes de agua, cuidar la producción de alimentos y mejorar los derechos
sobre la tierra y los ingresos, en especial de los pequeños agricultores y las mujeres.
El tema del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía de este año “Restaurar la tierra; generar oportunidades” es tanto una afirmación como un llamado a la acción.
Insto a los gobiernos, las empresas y las comunidades a que respondan al llamado y aceleren la acción para cumplir los compromisos mundiales compartidos sobre el uso sostenible de la tierra.
Debemos revertir la degradación e impulsar la financiación para restaurar la tierra, en particular habilitando la inversión privada.
Actuemos ahora para sanar la tierra, aprovechar las oportunidades y mejorar la vida de todos.
*Por su interés, reproducimos este artículo escrito por António Guterres, publicado en Excelsior.
Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía 2025/06/18 | Excélsior