Desde el Gobierno se han dado prisa para rebatir el plan de vivienda anunciado el fin de semana por el PP con una contrapuesta de 12 medidas en las que aparecen cifras, miles de metros cuadrados, anuncios fiscales y un largo etcétera de medidas para acabar con el descontrol en el mercado de la venta y el alquiler.
Si tenemos que resumir en tres ideas fundamentales de las intenciones del Gobierno socialista podemos hablar de actuaciones en viviendas vacías, las compras de extranjeros y los pisos turísticos porque, en palabras del presidente: “Sobran Airbnb y faltan viviendas”, pero se ha olvidado de los okupas.
Y tiene más razón que un santo, señor Sánchez, no sé si en lo de sobrar pisos de alquiler turístico, pero desde luego sí en que faltan viviendas. Muchas, señor presidente y si hablamos de sobrar ya le digo yo que lo que sobran son los precios elevados y que faltan garantías jurídicas anti okupas a los propietarios actuales para que en la venta de segunda mano o en el mercado del alquiler puedan llegar miles de inmuebles.
Está muy bien que hable de esenciales fiscales, de facilidades para que los jóvenes puedan acceder a una casa y en general que piense en transferir viviendas y suelo a la nueva Empresa Pública de Vivienda, exactamente más de 3.300 viviendas y casi 2 millones de metros cuadrados de suelo residencial para construir viviendas sociales de alquiler asequible y que se incorporarán 13.000 viviendas de la Sareb de forma inmediata, y otras 17.000 más, progresivamente.
Cuando las necesidades son tantas todo vale, pero no es suficiente y debería pensar qué sucede en realidad, por ejemplo con el mercado del alquiler en el que apenas existe oferta y por eso la poca que existe se ha puesto aprecios disparatados. ¿No se quiere enterar que hay más pisos turísticos porque los dueños no quieren que se les meta una familia le dejan de pagar a los doses meses el alquiler y se la okupen? Las ciudades y más los centros históricos, están llenas de viviendas vacías. El Gobierno lo sabe pero no quiere admitir que están ocultas y fuera del mercado.
Aquí el PP ha hilado más fino y por eso habla de una ley de garantías jurídicas que anime a los propietarios de pisos a ponerlos en circulación y alivie la presión que existe ahora en la oferta y la demanda. Hay quien niega la mayor y asegura que eso de la okupación es un cuento chino y le animo a que hable con mi peluquero. Heredó de sus padres un piso pequeño en un barrio social y se lo han okupado. Está literalmente desesperado.
Le han pedido que demuestra sus propiedades, su patrimonio y su modo de vida y lo tienen loco teniendo que demostrar lo que no debería para justificar que pueda recuperar su vivienda, si es que a pesar de todo puede hacerlo, y resulta que si él tiene más recursos que sus inquilinos pues a fastidiarse. Lleva más de un año. Es o no es una ‘lokura’ toda esta historia. Una familia tiene derecho a una vivienda, pero es el Estado quien debe proporcionársela, no un peluquero, o el tendero, o mis amigos de Teruel.
Le he oído muchas veces a este presidente anunciar medidas sobre la vivienda, pero el problema no ha hecho más que aumentar y agravarse. Los jóvenes siguen muy lejos de poder comprar un piso y por supuesto ni de coña en una ciudad, y como no les queda otra opción que alquilar tienen que dejarse el 80% de su sueldo en pagar un alquiler. Un despropósito entre tantas medidas y planes que son papel mojado, palabras y promesas en boca de un Gobierno que jamás cumple lo que promete.