El Kremlin paralizó las negociaciones el pasado fin de semana tras sufrir un “ataque masivo”, presuntamente a manos de Ucrania
El Gobierno ruso ha expresado su voluntad de “seguir adelante” con la exportación de grano por el mar Negro a pesar de haber suspendido el acuerdo inicial rubricado junto con Turquía. La decisión se ha tomado después de que el Kremlin acusara a Ucrania de un presunto ataque con drones en el puerto de Sebastopol.
El nuevo pacto se ha firmado en el seno de las Naciones Unidas y en él han estado presentes tanto el mandatario ucraniano, Volodimir Zelenski, como el presidente turco, Recep Erdogan, quien ha asegurado que su país “se esforzará en el marco del acuerdo a pesar de las dudas de Rusia para reducir la crisis alimentaria”.
Todo comenzó el pasado fin de semana, cuando el Ministerio de Defensa hacía público un comunicado que rezaba: “A la luz del acto terrorista llevado a cabo por el régimen de Kiev con la participación de expertos británicos, contra barcos de la Flota del Mar Negro y buques civiles involucrados en la seguridad de los pasillos de grano, Rusia suspende su participación en la implementación del acuerdo para exportar productos agrícolas desde puertos ucranianos”.
El “acto terrorista” alude directamente a un presunto ataque aéreo de carácter “masivo” que tuvo lugar en la península de Crimea, que habría destruido “cuatro vehículos marinos no tripulados, tres naves, nueve drones aéreos y siete marítimos”.
El Kremlin no solo ha señalado a Ucrania como la principal responsable, sino que también ha reprendido a Reino Unido por sus presuntas implicaciones en el “complot” que “hizo estallar los gaseoductos Nord Stream 1 y Nord Stream 2”.
La réplica no se ha hecho esperar en Londres. “Es una historia inventada que dice más de cómo están las cosas dentro del Gobierno ruso que de Occidente. Tratan de desviar la atención de su desastrosa gestión de la invasión ilegal a Ucrania”.