Durante la final del Festival de Eurovisión 2025, celebrada en Basilea, la televisión pública española RTVE emitió un mensaje en pantalla negra que decía: «Frente a los derechos humanos, el silencio no es una opción. Paz y justicia para Palestina«. Esta acción se produjo a pesar de las advertencias de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) sobre la prohibición de declaraciones políticas en el certamen.
La controversia se intensificó cuando los comentaristas de RTVE, Tony Aguilar y Julia Varela, mencionaron las víctimas civiles en Gaza durante la segunda semifinal, lo que llevó a la UER a amenazar con sanciones económicas si se repetían comentarios similares. A pesar de ello, RTVE mantuvo su postura, defendiendo la libertad de expresión de sus comentaristas y cuestionando la neutralidad del concurso.
La participación de Israel en el festival generó protestas y manifestaciones en Basilea, con cientos de personas pidiendo su expulsión debido al conflicto en Gaza. Además, más de 70 exrepresentantes de Eurovisión, incluida la española Blanca Paloma, firmaron una carta solicitando la exclusión de Israel del certamen.
La UER respondió a una solicitud formal de RTVE para debatir la participación de Israel, agradeciendo la preocupación pero sin comprometerse a abrir un debate interno. Mientras tanto, la televisión pública israelí presentó una queja formal ante la UER por las declaraciones de los comentaristas españoles.
Este conflicto ha puesto de relieve las tensiones entre la libertad de expresión y las reglas de neutralidad política en eventos internacionales como Eurovisión, y ha abierto un debate sobre el papel de los medios públicos en la defensa de los derechos humanos.