Hoy: 27 de noviembre de 2024
Con mi amigo el cura, al que suelo visitar frecuentemente, rescatamos ayer la noticia difundida en muchos medios de que un grupo de sacerdotes toledanos rezaban fervorosamente para que Dios se llevara cuanto antes a su seno al papa Francisco… y se reían a la vez, como muchos de los que tienen la cabeza vacía.
Sintiéndonos cristianos libres y de culturas diferentes, se está muchas veces en desacuerdos puntuales con criterios y actitudes del papa que no afectan a lo medular de la fe, intacta desde Jesucristo. Sin ir más lejos, desde mi orilla particular, he visto con tristeza el nombramiento de obispo gerundense a un abad independentista, con el que se riza el rizo de la confusión. Los filósofos, curas, médicos, escritores, albañiles… estamos obligados a cumplir con las leyes civiles, especialmente con la Constitución. Si este obispo recién nombrado no es capaz de practicar las leyes humanas, me temo que estará lejos de obedecer a las divinas.
Las risitas de los curas toledanos solicitando a Dios la muerte del papa, me indigna como católico, sobre todo por estar motivada en que a ellos no les gusta la comunión en la mano: ¡Que profunda divergencia teológica!. El papa Francisco es nuestro papa y no un cantamañanas como parecen ser cada uno de ellos.
Por desgracia los cantamañanas crecen como las setas.
Unas son comestibles y otras, pueden ser venenosas.
Pidamos luz para nuestra Iglesia.
Y antes de degustar un buen plato de estupendas setas.
Necesitamos al experto que separe las no comestibles, para poder tener una buena digestión y no tener que hacérnos preguntas.
Debemos asi, poder confiar plenamente.