La Policía Nacional recupera una escultura íbera del siglo V a.C. La pieza se vendió en los años 90 a un coleccionista de Barcelona
Se ha recuperado la escultura íbera que es procedente de expolio y con una antigüedad establecida entre el siglo IV y V a.C. La pieza estaba localizada en un museo perteneciente a una fundación privada ubicado en la provincia de Tarragona. Tras una laboriosa investigación se logró identificar a la persona responsable del expolio y el lugar en que se produjo. Se trataba de un vecino de una localidad de la provincia de Córdoba.
La investigación comenzó en 2020 cuando la localizaron, una escultura de origen íbero que representaba a un toro. Esta obra de arte se encontraba íntegra y restaurada, pero llamó la atención porque que estaba claramente formada por dos bloques de piedra.
Hacía tiempo que los agentes de la Policía Nacional realizaban gestiones dirigidas a la localización y recuperación de los dos bloques de piedra. De ellos existían referencias en un artículo académico del año 2004 publicado por un prestigioso arqueólogo. También, se disponía de una reseña en un blog de una persona afincada en Córdoba.
Por esta razón, los investigadores contactaron con estas dos personas. Ambas pusieron de manifiesto en su declaración que pudieron ver los dos fragmentos al poco tiempo de su aparición en el campo, hecho que había sucedido cuando una persona llevaba a cabo labores agrícolas al final de la década de los 90.
El responsable del expolio vendió la pieza a un ciudadano de Barcelona
Los agentes han determinado que la escultura fue encontrada en la década de los 90, estando ya en vigor la actual Ley de Patrimonio Histórico Español, por lo que el hallazgo debió comunicarse a las autoridades competentes al tratarse de bienes de dominio público, comunicación que no se llevó a cabo. Por tal motivo, el reconocimiento del hallazgo y posterior venta por parte de la persona que lo encontró acredita la procedencia ilícita de la pieza.
Tras varias pesquisas se logró identificar a la persona responsable del expolio, tratándose de un vecino de una localidad de la provincia de Córdoba. En su declaración como testigo, puesto que el delito ya habría prescrito, reconoció que en los años 90, cuando se encontraba realizando tareas agrícolas en terrenos del cortijo en el que trabajaba, encontró dos bloques de una misma escultura que representaba un toro. Según esta persona, la noticia del hallazgo se propagó rápidamente siendo bastantes las personas que, desde diferentes puntos de la geografía española, se interesaron por su adquisición, vendiéndola finalmente a un ciudadano procedente de Barcelona.
Alteraciones irreversibles en la pieza
Como resultado de todas las gestiones, realizadas con la colaboración del Ministerio de Cultura y Deporte, a través de la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes, se procedió a la intervención de la escultura y su traslado a las dependencias del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE). Allí se llevó a cabo un estudio científico técnico transdiciplinar de la misma, empleando distintas técnicas de imagen y de caracterización de materiales, para determinar los posibles daños que hubiera sufrido la pieza debido a las modificaciones realizadas.
Del resultado del informe se desprende que no se siguieron los criterios y recomendaciones emitidas por los organismos competentes en materia de conservación y restauración del patrimonio cultural. Asimismo, los tratamientos de limpieza aplicados y las intervenciones realizadas para el ensamblaje de los dos fragmentos han ocasionado alteraciones irreversibles.