A mi entender, don Ramón Tamames ya ha ganado su “moción de censura”. Principiaremos por decir que no tienen razón quienes consideran tal iniciativa una farsa, un esperpento. En primer lugar, analizando las formas y ritos parlamentarios, hemos de concluir que la moción de censura no tiene como meta sustituir un gobierno o un presidente sino, como su nombre indica, censurarlo, afear su comportamiento ante la sociedad. Es por ello que no se exige para presentarla la firma de la mitad de los diputados, ni siquiera de un tercio.
En la mayoría de las democracias existe un proceso parecido al que se suele llamar “IMPEACHMENT”, y que ha sido utilizado contra numerosos presidentes del orbe mundial, con mayor o menor éxito; en el caso de los EEUU: Nixon, que fue un éxito (aunque dimitió antes): Clinton; una vez: fracaso; Trump dos veces, fracaso. Es decir, es una herramienta infamante de reproche que, si bien no suele conllevar la destitución del presidente, al menos sirve de recriminación de sus actos, pública reprimenda, que ha de conllevar atemperamiento y apaciguamiento social. Pero es que, además, y como anuncio al principio, para don Ramón ya ha sido una victoria. ¡hurra, don Ramón!
Una persona retirada, muy mayor, cuarta o quinta edad (que me pierdo); decrépita, casi olvidada y, de repente, se pone a discursear, a alardear de oratoria, de memoria, de citas. Apabulla. ¡Ole, Ole, Ole!!! ¡¡¡Don Ramón, es Vd. un campeón (si bien, con bastón)!!! Ya ha dejado claro que tiene más neuronas y le funcionan sus conexiones, mucho más y mejor que a la mayoría de nosotros y, por supuesto, que a la pléyade de políticos y parlamentarios. Ha dejado claro, muy claro, que hacemos mal en no escuchar y hacer caso a los ancianos; a la senectud. Palabra unida al senado romano. Eran los mayores, los que dominaban Roma y no los niñatos e “influencers”. ¡Ahí ya Don Ramón ganó su moción, lo ven Vds! Olé don Ramón, una vez más.
Utilizo a conciencia el posesivo: “su” moción. Puesto que es evidente que él, don Ramón, es dueño de ella, la redacta, la enmienda, la amplia, la subraya, la declama en la noches insomnes de la vejez…. y la filtra…perdón, digo bien: LA FILTRA.
Porque, se supone que ha sido él quien la ha filtrado; es evidente esto para mi, pues reconoce públicamente haber dado copia de tan sensible documento a amigos (a lo mejor con el ruego de su difusión, vete tu a saber).
El caso, hete aquí, que en esto también ha tenido una estruendosa victoria (si es que la ha filtrado este zorro añoso de don Ramón). En primer lugar, es una gran victoria que a estas alturas todo el mundo la conozca y, en muchos casos, la comparta o la discuta (que de todo hay). Si el Sr. Tamames se hubiera limitado a declamarla y defenderla en las Cortes, nadie se hubiera enterado, o casi nadie. Por el contrario, hoy es el día en que la recogen y comentan todos los medios de difusión y redes sociales. Sin poder combatirla, esto es importante.
No se puede combatir una propuesta, un borrador, un rumor. Aquí ha pillado al Gobierno, a la oposición y a todo el mundo con el paso cambiado. Este viejo comunista, se las sabe todas. Además, al filtrarla impone su punto de vista a VOX. Esto es importante. Tampoco VOX puede cambiar ahora de estrategia, de ponente, o de contenido. Otra victoria. Pero, cabe preguntarse, es este el discurso definitivo. Yo me atrevo a pronosticar que no; no este no es el discurso, no; al menos no el definitivo: En realidad 31 folios son pocos, para un catedrático y político tan brillante, como lo es el señor Tamames.
Falta en el contenido más enjundia económica, más incumplimientos de solvencia moral y de acomodo constitucional. Faltan elementos esenciales en el reproche de don Ramón; por ejemplo, falta censurar al gobierno por haber expulsado de España al Rey, amigo suyo personal; falta el reproche a los republicanos que dicen someterse a la Constitución, que sin embargo sacraliza una monarquía. Esto ya lo ha dejado caer en alguna ocasión. De seguro que en el hemiciclo, don Ramón va a debatir con don Pedro, de zorro a raposo, con mejor o peor fortuna. La oposición tampoco saldrá indemne. Pero estén Vds. seguros: don Ramón ya ha salido victorioso, pues luchar a su edad y con esas armas, defenderse y descollar en el proceloso océano de la política, lleno de voraces escualos, ya es una victoria, UNA GRAN VICTORIA, no lo creen Vds?
¡Olé, don Ramón!