ERNESTO EKAIZER
El que va perdiendo una guerra quiere un alto el fuego. Lo necesita para reorganizar sus fuerzas. Es lo que Ucrania está pidiendo. Pero no es lo que el vencedor en el campo de batalla está interesado en conceder. Es lo que Putin ha rechazado en Alaska, después de conseguir que Trump le ayudase a dejar de ser -con alfombra roja y todos los honores mediante- el representante de una Rusia que es desde hace tres años un paria internacional. Putin está dispuesto a rubricar un armisticio donde se le reconozca el control del territorio ya conquistado (un 20% de Ucrania) y Crimea.
Pero sería un error limitar el objetivo de Putin a anexarse los territorios. Putin quiere asegurar la neutralidad de Ucrania a través de un amplio desarme (de armas ofensivas capaces de amenazar a Rusia) y de la renuncia a ingresar en la OTAN (por lo tanto a que no existan garantías reales de seguridad de que será defendida contra Rusia).
La teatralización del encuentro y la exposición pública de ambos no deja de ser relevante. El anuncio, que no rueda de prensa, duró doce minutos de los cuales ocho minutos quedaron a cargo de un monólogo de Putin y menos de cuatro correspondieron a Trump para cerrar.
Putin explicó, sobre la base de notas muy probablemente escritas incluso antes de la reunión, su idea de que es necesario llegar a un acuerdo/armisticio directamente sin pasar por un alto el fuego, y la responsabilidad de la situación por parte de la Administración Biden -repitió lo que Trump ha dicho muchas veces, a saber, que con Trump en la Casa Blanca, la guerra no hubiera tenido lugar- y llegó a ironizar, en inglés, que la próxima reunión podría tener lugar en Moscú, para delicia de Trump. Esto es: que la reintegración de Rusia es un camino irreversible. Aunque desde luego nada se dijo, todo se andará para que Trump, con el tiempo, solicite la reincorporación de la Rusia de Putin al G-7.
Pero no nos adelantemos. Trump dijo después, en la entrevista que concedió a la cadena de televisión FoX News que “realmente depende del presidente Zelenski lograrlo”, en referencia al acuerdo/armisticio que propone Putin.“También diría que las naciones europeas tienen que involucrarse un poco”, le dijo Trump. “Y si quieren, estaré presente en la próxima reunión. Van a programar una reunión ahora… no es que quiera estar allí, pero quiero asegurarme de que se haga. Y tenemos muchas posibilidades de lograrlo”.
Es decir: Trump actúa de broker, o de facilitador del acuerdo, sin implicarse. Y lo ha dicho.
Y esto supone un cambio de estrategia. Empezó con un claro y brutal intento de imponer el acuerdo al presidente Zelensky de manera violenta en la Casa Blanca el 28 de febrero de 2025.
Recogió velas al ver la reacción negativa de la Unión Europea y, sobre todo, la reprobación mundial de su impresentable prepotencia. Ahora se pone de lado: si quieren Zelensky y los europeos, ha dicho, participaré en una nueva reunión con Putin. Pero el problema es que Zelensky y la Unión Europea no van a apoyar un acuerdo/armisticio y menos todavía sobre la base de las condiciones de Putin (como dijimos no solo por la cesión de los territorios ya conquistados más Crimea)
¿Y se puede considerar esta posición una alternativa real al plan de Putin?
Es decir: seguir la guerra de derrota en derrota. Porque Putin posee personal/infantería; Zelensky, ya encuentra escasez de personal/infantería. Y aunque Trump ha dicho que Estados Unidos seguirá aportando armamento a Ucrania a través de Europa -cobrando de las arcas europeas, según siempre aclara-, la infantería es clave en cualquier estrategia militar.
Por tanto, o Ucrania (y la Unión Europea) reconocen ahora la derrota y se llega a un acuerdo/armisticio con las exigencias de Putin para convertir el Estado ucraniano en un Estado desmilitarizado (en gran medida), sin entrar en la OTAN y sin formar parte de ningún sistema de garantías de seguridad como exige Zelensky, o continúa la guerra, con más años de muertes y destrucción, lo que conducirá a los vestigios de un futuro Estado ucraniano.
“Depende de Zelensky y de la Unión Europea”, dice ahora Trump. ¿Y qué papel tiene el pueblo ucraniano? Esta consideración no está sobre la mesa.