Estamos instalados en la tontería. Dice el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que hay que hacer más «pedagogía» a la hora de hablar de defensa y seguridad en un momento en el que la UE está debatiendo incrementar su gasto, incidiendo en que de lo que se trata fundamentalmente es de tecnología, en su mayoría de doble uso, y que es mejor no hablar de “rearme” a eso de comprar armas y material bélico que es lo que realmente es: aviones, tanques, misiles, drones y lo que sea preciso.
Y me deja la duda el presidente. Entonces si yo voy a comprar una lavadora tengo que pedir una maceta. Si lo que quiero es una moto tengo que ir a la tienda de sartenes. Don Pedro me tiene un hecho un lío. Yo pensaba que a eso de comprar armas se llamaba rearme pero parece que Sánchez prefiere decir que quiere helados de vainilla.
-¡Póngame un helado de nata! Y le dan un tanque.
-¡Ahora quiero un caramelo de limón! Y le dan un misil de largo alcance…
Y así hasta llenar los arsenales, aunque no haya visto ni un cono de turrón.
A don Pedro no le preocupa acudir a Europa y no poder mirar a los ojos a los líderes europeos porque va en representación de un Gobierno dividido y roto en la posición de España ante el proyecto europeo más trascendente desde su creación: dedicar 800.000 millones de euros a comprar armas para convertir a la UE en una potencia militar mundial que pueda defenderse de sus enemigos, claramente Putin y puede que hasta Trump. Le molesta a don Pedro que a eso se le llame rearme y él se queda pensando en sus cosas mientras los líderes europeos se quedan mirándolo con cara de pensar: ¡a este le ha dado un aire!
Don Pedro lo que está haciendo Europa es rearmarse y lamentablemente las circunstancias lo exigen por mucho que se ponga usted a poner trapos calientes. Este asunto es muy preocupante porque ha cambiado el tablero político del mundo y es trágico que hablemos de armas y de guerra cuando deberíamos hacerlo de progreso, energías renovables y prestaciones sociales para mejorar la calidad de vida de las personas. Ese el verdadero drama de este asunto en un momento verdaderamente complicado en la historia europea, que es la nuestra. Por mucho que nos irrite no podemos mirar hacia otra parte ni pensar que los problemas se arreglarán solos cuando los locos andan sueltos. Y menos que para eso está EE UU, como la hecho hasta ahora. Ya no está, al menos de nuestro lado.
Los analistas sostienen que el presidente español tiene de los nervios a sus socios europeos por su «falta de solidaridad» en los planes de defensa y su poca claridad en un asunto que no admite demoras ni dudas. Don Pedro está con eso de la gramática, las metáforas y analogía para que sus socios en el Gobierno español no sufran cuando se habla de rearme y jugar con palabras como seguridad y defensa. No diga rearme diga comprar chuches…
Llega el albañil a casa y le dice a su señora
-¡María, vamos a follar!
-Hay Pepe no me gusta que hables así y que seas tan poco romántico, dime que vamos a hacer el amor…
-Sí, pues lo que sea como se diga eso, ¡pero vamos a follar!
Lo que está en la mesa es comprar armas, muchas, y se puede o no estar de acuerdo con ello, pero las armas no se van a convertir en piruletas ni chicles de fresa porque usted lo llame de otra forma.
Lo que el Gobierno español debe hacer de manera inmediata es ponerse de acuerdo, demostrar que no hay fractura y hacer valer el peso que debería tener en España en la UE en un momento como este. Si no es así convoque elecciones y que la sociedad española decida. Y que no le de miedo llamarlo elecciones, que es lo que es cuando el pueblo tiene la oportunidad de decidir por su presente y futuro.