Parecerse a uno mismo

12 de enero de 2024
1 minuto de lectura
Cirugía. | Flickr

Pienso que no tiene las mismas consecuencias aprender de Séneca, de Cervantes o de Fernando de Rojas, que dejarse llevar por los que influencian cada día gracias al sólo hecho de ser guapos, hijos de o simplemente aprovechados.

Si alguien dice que el rosa tibio es el color que se llevará este invierno, una multitud busca en internet la coloración precisa y dónde puede comprarse esa maravilla que acaba de ser descubierta.

Si una señora que estaba gruesa (seguramente por comer demasiadas torrijas o carnes en salsa de esas que se mojan en pan tierno), de pronto aparece con cintura de avispa es porque ha hecho una dieta precisa que pone a disposición de los demás para ser copiada a cambio de un “me gusta”.

Pocos siguen a los que proclaman los valores de Jesucristo en el evangelio, que se deciden por el blanco para que en él quepan los colores de los demás, en una simbiosis fraterna y comprensiva. Pocos comen el Pan que hace fuertes, y no engorda, de la Eucaristía y en ella descubren la línea que nos mantiene en forma.

De nuevo lo superficial tiene más seguidores que lo profundo.

pedrouve

Responder

Your email address will not be published.

No olvides...

Apodos en su sitio

Los sobrenombres, apodos o motes suelen tener su pizca de crueldad, pero en la mayoría de los casos, son formas…

La arboleda perdida

Es difícil comprender la silenciosa corpulencia de un árbol. Curiosean por encima de las ventanas, intentando con el desarrollo de…

Sabios y locos

Entre Podemos, Sumar, Peneuve, Ezquerra… y otras brillantes filosofías ofrecidas al bienestar común de todos los españoles, tenemos asegurado un…

Por San Blas las cigüeñas verás

Los felices años que don Antonio Machado vivió en Soria, al amparo del amor y al puntual estallido de las…