El 17 de febrero de hace muchos años, nuestra madre me llamó para que le acompañase a comprar un televisor en los Almacenes Fuentes Guerra, de Córdoba: Telefunken o Iberia eran las dos únicas marcas. Y elegimos Iberia, por ser más nuestra
Si hubiesen leído los Sonetos del amor oscuro, de Federico García Lorca, les habría llegado a los carceleros o a los responsables de la seguridad en la prisión de Estremera, el llanto silencioso del poeta: “Oye mi sangre rota en los violines”