Los delincuentes se ganaban a las víctimas haciéndose pasar por empleados del banco consiguiendo las claves y códigos, para posteriormente realizar transferencias de dinero a cuentas de los propios estafadores.
España se mantuvo estancada entre 2016 y 2020 con un 15% de su población experimentando pobreza multidimensional, según el Observatorio Social de la Fundación La Caixa