Los religiosos dicen que el “tono ofensivo y recriminatorio del manifiesto y de la carta no son propios del modo habitual de comunicarse de las hermanas”
Los paraísos no se encuentran en los puestos de fruta de las plazas donde el pudor enrojece sin medida a las cerezas, las manzanas esconden su pecado detrás de los papeles de celofán que las envuelven; se contagian de risa, unas a