Amelia se desnudaba todas las noches delante de la ventana de su vecino. La ventana se encontraba al otro lado del patio, frente a su habitación. Nunca la vio abierta. Jamás oyó la voz de su vecino. Pero ella sabía que él
El amigo de la prima de mi vecino se acostó la otra noche un poco aturdido por los gritos que, sin venir a cuento, tuvo que soportar en “El Chiringuito”, ese programa televisivo de fútbol que es un calco de los famosos
Una sola vez, y por puro malabarismo social, almorcé junto al señor Griñán en Las Palmeras del Caballo Rojo, de Córdoba. Su aspecto era el de un actor de películas del oeste con balas de fogueo y una conversación deslucida por falta
Amelia se desnudaba todas las noches delante de la ventana de su vecino. La ventana se encontraba al otro lado del patio, frente a su habitación. Nunca la vio abierta. Jamás oyó la voz de su vecino. Pero ella sabía que él
Volví a ver a Williams Wood Tennessee unas horas antes de ser ejecutado en el pabellón de la muerte, en la pequeña ciudad tejana de Huntsville. Le quedaban solo 24 horas de vida. Wood había decidido concederme la entrevista que me denegó
Has sido una ciudadana ejemplar. Has cumplido con tus obligaciones, has pagado tus impuestos, has respetado las señales de tráfico, has procurado no hacer demasiado daño al prójimo..