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Nicolás Redondo

Nicolás Redondo. EP

Ya saben mis lectores que, sólo cuando es absolutamente indispensable, nombro a los personajes que conmueven para emitir, en cualquier caso, una opinión respetuosa. Sí resalto, y con letras mayúsculas, a aquellas personas que son motivo de ejemplo y agradecimiento. Nicolás Redondo, sin ir más lejos.

A Nicolás Redondo le escucho los viernes en la COPE y, por su seria honestidad invariable, hace ya tiempo que le sigo en su trayectoria. La frase que más se ajusta para referirme al personaje, se la copio a Santa Teresa cuando llamó al padre Gracián “cabal a mis ojos”. Nacido en cuna de socialismo, ha tenido últimamente que ser equilibrista para no ofender los proyectos de un ideario que hacían aguas en su barca de navegación impecable.

Ante el fugitivo de Waterloo, que casi hizo suya la frase de que el movimiento se demuestra huyendo, la amnistía y otras ignominias portentosas, Nicolás Redondo ha dicho basta y ya no es socialista, sin dejar de serlo.

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