Pedro Sánchez se muestra dispuesto a seguir en el poder

La rabieta de los independentistas de Puigdemont es un brindis al sol que no inquieta a los socialistas… ni a nadie

“Nada nuevo bajo el sol”. Lo habrán oído y lo habrán dicho más de una vez y sí, significa que, “a pesar de los cambios aparentes, la historia, la experiencia humana y los eventos se repiten de forma cíclica, y lo que se presenta como nuevo a menudo tiene precedentes” (Wikipedia sic).

El origen de la expresión es bíblico, del libro de Eclesiastés, y refleja una visión de que las cosas fundamentales no cambian. Y eso, justamente, es lo que nos vaticinó Eclesiastés sobre la absurda pantomima del prófugo Puigdemont y los suyos en Perpignan, al sur de Francia, a pocos kilómetros de un país que no pisa para no ser arrestado.

Que sí, que se rompen con el PSOE, que separan sus caminos y todo eso que es palabrería política porque lo único que de verdad vale es que anuncien una moción de censura o de confianza para dejar desguarnecido a Pedro Sánchez si es que de verdad quieren el cambio que piden.

Lo contaba ayer Fuentes Informadas cuando adelantaba que el montaje de los independentistas de Junts era papel mojado porque saben que, a pesar de todo, como con el abnegado y entregado Pedro Sánchez y su Gobierno de palmeros no van a vivir mejor en ningún otro lado. Y eso tiene el precio de mirar parta otro lado por la corrupción y el de callar y hacerse los locos para que la fiesta siga.

Tranquilidad socialista

Los socialistas se han tomado la rebieta de Puigdemont con sorna y absoluta tranquilidad porque saben que todo cambia para seguir igual, es decir, “en las poltronas”, en palabras del independentista, y así a seguir arrastrando un mandato sin capacidad de gobernar porque por no haber no hay ni presupuestos. Ya saben mis queridos lectores que los socialistas lo hacen por nuestro bien, para preservar a la sociedad española de los demonios de la derecha y sus aviesas intenciones y por eso impiden que las urnas hablen antes de 2027, que es la fecha límite.

La cuestión es si un Ejecutivo bloqueado debe seguir maniatando a un país. Sin capacidad de gobernar no se debe mantener un gobierno y miedo me da que el sanchismo les regale a los independentistas hasta los cuadros del cocina a cambio de votos prestados en ocasiones precisas. El Constitucional puede que les dé un respiro con la ansiada amnistía a Puigdemont dentro de unas semanas. El presidente del Tribunal está por la labor y Sánchez sueña con ese momento para suavizar el mal rollo. Ya ha admitido a trámite el recurso de amparo del prófugo y resolverá en el primer trimestre de 2026. Veremos qué pasa.

Con la de avances que hay hoy para solucionar la sordera y Sánchez sigue sin querer oír a una mayoría en la calle que le pide elecciones. De momento, por si el presidente socialista está despistado, el PP de Extremadura ha señalado el camino de qué hacer cuando no se puede avanzar, y ha adelantado las elecciones al 21 de diciembre al constatar que no tiene apoyos para sacar adelante sus presupuestos. Veremos si Aragón y Andalucía siguen el mismo camino.

En dónde se ha perdido el PP es en Valencia. El presidente Mazón es un enorme problema y un mal ejemplo para la clase política en general y para Feijóo y su futuro en particular. Hace tiempo que el ‘popular’ debería haber dimitido y hace tiempo que el presidente del PP debería haberle exigido que lo hiciera en público y en privado. Es un lastre en la Comunidad valenciana y para los intereses nacionales del partido.