Hoy: 22 de noviembre de 2024
Nos están acostumbrando a tener una visión de España detrás de unos cristales llovidos y borrosos para que se quede en los ojos una humedad poética y no una manipulación sombría. Las gotas caen por inercia produciendo un rumor sobre aquello que no ha pasado, como si todo fuese esa dulcificada novela que colocan después de los telediarios.
El inútil que alguien limpie los cristales con empeño, porque la mentira y la insidia vuelven a llover sobre la transparencia. Por más que entre furiosas y afrutadas aparezcan las mañanas, las voces en la radio repiten la agria noticia de rabiosas mermeladas. Adónde ir, me pregunto, mientras paseo por las estrechas esquinas de mi casa desde donde el mar siempre fue y sigue siendo una pregunta azul interminable. Dolor siente el aire al no poder llevarse consigo los pesares.
En esta singularidad común (¡qué paradoja!) leo a César Antonio Molina que se explica con la síntesis de un sabio griego: “Este Gobierno lo componen un autócrata necesitado de psiquiatra, junto a comunistas, racistas, terroristas, pro-Putin, pro-Maduro, prevaricadores, sediciosos y malversadores. ¿Nos merecemos esto?».
Y me quedo temblando, con la esperanza abierta.