La menopausia no solo calienta el cuerpo: también reconfigura la mente. Lisa Mosconi, neurocientífica y autora de Menopausia y cerebro, ha puesto en evidencia, con imágenes cerebrales en mano, lo que millones de mujeres han sentido pero pocas veces han visto confirmado por la ciencia. Durante la perimenopausia, el cerebro femenino pierde hasta un 30% de su energía, lo que explica esa niebla mental tan común que empuja a muchas a olvidar citas, palabras o incluso el motivo por el que entraron a una habitación, según una información publicada en El Diario de Chihuahua.
Pero lejos de ser un punto final, este “apagón” cerebral es en realidad una etapa de transición. Según Mosconi, la menopausia no es una enfermedad, sino un proceso de reorganización neurológica que puede abrir una ventana decisiva para detectar riesgos y prevenir enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer, que afecta en mayor proporción a las mujeres. Los estrógenos, ahora sabemos, actúan directamente sobre regiones cerebrales clave como el hipotálamo y la amígdala, y su caída impacta de lleno en el humor, el sueño y la memoria.
¿La buena noticia? La niebla mental no es permanente. Tras la tormenta hormonal, muchas mujeres reportan más paz, estabilidad emocional y hasta mejores resultados en pruebas cognitivas. Eso sí, hay que estar atentas: algunas pueden experimentar un declive sostenido que exige intervención. Por eso, Mosconi insiste en no ignorar los bochornos ni los olvidos frecuentes. Hablar con el médico, considerar terapias hormonales bajo supervisión, y adoptar un estilo de vida activo son pasos fundamentales.
Y sobre todo, entender que la menopausia comienza en el cerebro, no en los ovarios. La clave, afirma Mosconi, está en la prevención temprana. Porque cuidar el cerebro en esta etapa no es lujo: es estrategia. Una que podría evitar millones de casos de demencia en las próximas décadas.