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Los puntos sobre las íes

Pitigrilli

Ironizaba Fellini sobre los amores entre novios manifestando que debe ser espantoso ser llamado “mi cielo” en noruego. De todos modos, cualquier enamorado hubiese hecho el ridículo publicando las ternuras habladas en la intimidad.

Entonces y ahora, hemos puesto más corazón que cabeza en nuestras relaciones dando la razón a Stevenson: “lo que más descuidamos es el deber de ser felices”.

Todo va muy bien cuando las mieles no se consumieron todavía pero luego, cuando llega la hora de elegir para nuestros hijos una educación laica o religiosa, cada uno arrima el viento a su molino hasta el delirio de que sea el Tribunal Constitucional quien lo decida… Y en este caso del que escribo ha resuelto por el laicismo que garantiza, como todos sabemos, la asepsia educadora, según la ideología de quien esté en el gobierno… Y es que, cuando uno se casa, debe poner antes los puntos sobre las íes, como hizo, con el mejor criterio, el sabio de Pitigrilli.

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