Hoy: 23 de noviembre de 2024
Los dos policías locales expertos en kárate que irrumpieron la madrugada del pasado 14 de mayo en un casa de Móstoles, sin orden judicial, y se llevaron detenida a una chica de dentro de la vivienda, se niegan ahora a que el juzgado de Móstoles (Madrid) que investiga este asunto incorpore a las diligencias el vídeo que recoge todo lo ocurrido ese día. El vídeo, según fuentes jurídicas, es una evidencia demoledora sobre la ilegal actuación policial, y desbarata las supuestas falsedades que los dos agentes hicieron constar en el atestado sobre lo sucedido.
Los agentes rompieron la muñeca izquierda a la mujer, migrante africana de 31 años, cuando forcejaban con ella desde la puerta de la vivienda para sacarla de la casa por la fuerza. Y acabaron entrando dentro del domicilio (sin orden judicial), la esposaron dentro del hall y se la llevaron a los calabozos policiales, con el brazo ya fracturado.
Luego hicieron un atestado ocultando el allanamiento de morada (un delito muy grave), diciendo que la chica les había agredido (extremo que no figura en el vídeo, que es la prueba crucial de este proceso judicial) y, además, atribuyéndole a ella delitos de resistencia y agresión a agentes de la autoridad, “que es lo que hacen algunos policías para justificar heridas y agresiones que ocasionan a detenidos”, según los citados medios.
Lo nuevo de este asunto, que avanzó en exclusiva este periódico el pasado mes de mayo, es que los dos policías han presentado un escrito en el Juzgado 2 de Móstoles, que es el que lleva este asunto, en el que piden al juez que “expulse de la causa” el vídeo que grabó desde dentro de la casa un amigo de la chica. Esta grabación recoge lo ocurrido y cómo la chica, desde detrás de la puerta, semiabierta, indica a los agentes que la suelten y dejen de retorcerle la muñeca (pretendían arrastrarla desde fuera de la casa hasta el descansillo exterior para llevársela detenida).
No tenían orden judicial para acceder a su interior, y así lo gritó la chica reiteradas veces. Cuestión esta que obviaron los policías, que entraron en la vivienda hasta al cocina forcejeando con ella, la esposaron dentro y se la llevaron. “Un allanamiento de morada de libro”, han señalado a este digital altas fuentes judiciales.
El vídeo, con la marca de agua de Fuentes Informadas, que lo dio en exclusiva el pasado mes de mayo, lo presentó posteriormente ante el juzgado el abogado de la víctima, Anna D., madre de dos hijos, días después de los hechos. El juzgado ordenó incorporarlo como prueba a las diligencias. Y este es el motivo por el que los agentes han elevado ahora un escrito al juez pidiendo que el vídeo sea expulsado de la causa. Alegan que está manipulado y que el mismo lo ha obtenido del abogado de la víctima del portal Fuentes Informadas, dejando entrever que esta manipulado y que se ignora su origen y cómo llegó a este digital. En este sentido avanzan que está manipulado porque no recoge una agresión de la chica a los policías.
El origen del vídeo está claro: un compañero del piso de la víctima, con su móvil, realizó la grabación. En el audio, cuando los agentes la retienen desde fuera de la puerta y le retuercen el brazo, se oye decir a la víctima: “Graba, graba…”. Y, ciertamente, se grabó. De ahí sale el vídeo al que tuvo acceso este digital. No existe ninguna manipulación. Figuran las escenas que grabó el compañero de piso en esos momentos de tensión y concluye cuando los agentes se llevan a la chica esposada de la casa.
Un peritaje judicial del vídeo revelaría que no existe ninguna manipulación, y que lo que se grabó es lo que figura en el vídeo difundido por este periódico. Ni más ni menos. La cuestión es que el vídeo es extremadamente dañino para la estrategia de defensa de los agentes, ya que la desmonta y refuta los argumentos policiales de por qué entraron ilegalmente a la vivienda y fracturaron la muñeca a la joven.
Lo que no figura en el vídeo es lo que dicen los agentes que sucedió. De la versión que ellos han dado, que la chica les agredió, curiosamente no figura ninguna imagen. Y eso que ellos, en el atestado, relatan pasajes que sí se aprecian en el vídeo pero que no coinciden con lo que dicen.
Parte de la agresión que cuentan los agentes, ocurre en el ascensor, cuando no hay imágenes; y la supuesta agresión de la chica cuando ellos la tienen agarrada y le retuercen el brazo desde la puerta, tampoco figura en las imágenes. Según ellos, eso se debe a que el vídeo está manipulado/cortado justo en esos momento. Bastaría que el juez ordene realizar un peritaje de esos pasajes para comprobar si existe tal manipulación o corte. “Lo que sale es lo que grabó el compañero de piso, nada más”, según fuentes cercanas a la víctima.
Si el juzgado, sin hacer peritaje, ordenase excluir el vídeo de la causa dejaría a la víctima en la más absoluta indefensión y allanaría el camino a la versión de los agentes, que hablan de manipulación y agresión con la única prueba de la presunción de veracidad que les otorga la ley.
A las fuerzas de seguridad hay que respetarlas, y estas deben hacerse respetar respetando, sobre todo la ley, pero no allanando una casa sin orden judicial para llevarse detenida a una persona por una cuestión administrativa (ruidos por música a deshoras, ni siquiera penal). Y menos aún mintiendo luego en el atestado que ellos mismos han elaborado con la finalidad de imputar a una ciudadana un delito de agresión y resistencia a la autoridad y con ello ocultar que entraron en la vivienda sin orden judicial por un tema de a ver quién puede más.
Los policías ya han declarado ante el juzgado sobre la denuncia que ellos pusieron por atentado a la autoridad contra la chica (lo que no se aprecia en ningún momento del vídeo, que es una prueba irrefutable). Sin embargo, la chica aún no ha declarado ante el juez. Fue citada la semana pasada, pero según fuentes cercana a su abogado, tuvo conocimiento de la citación cuando estaba en Alemania y no pudo acudir a la cita. Pero, según estos medios, ya está de nuevo en Madrid y acudirá en cuanto el juzgado vuelva a citarla.
Hay agentes que se exceden contra detenidos a sabiendas de que tienen presunción de veracidad y de que pueden defenderse de una eventual denuncia de lesiones alegando que el herido se ha resistido y las heridas han ocurrido mientras era reducido (es decir, no solo les pegan sino que, además, les denuncian por agresión a la autoridad para envolver las lesiones). En el caso de Anna D. también se ha apelado a tan manida coartada policial, pero, a diferencia de otros casos carentes de pruebas, en este asunto posiblemente no esperaban que hubiese una prueba irrefutable que les desmiente, un vídeo. Si como dicen el vídeo está manipulado, el juez debe ordenar su examen por parte de peritos judiciales, “que concluirán que no lo está”, agregan las citadas fuentes. [Ver el vídeo a continuación].