Hoy: 25 de noviembre de 2024
En los últimos meses, las grandes tecnológicas como OpenAI, Meta, Microsoft y Google han revolucionado sus asistentes de inteligencia artificial, dotándolos de características y personalidades más realistas. Esta evolución ha permitido que los chatbots ahora sean más que simples ayudantes: pueden parecer casi amigos, brindando una experiencia conversacional tan humana que llega a resultar inquietante. Según un informe de El Diario de Chihuahua, el objetivo es crear vínculos más profundos y personales entre los usuarios y estos sistemas de inteligencia artificial (IA).
Con esta transformación, los bots no solo responden preguntas puntuales, sino que también hacen sugerencias para mejorar el bienestar. Pueden aconsejar actividades como el tejido para relajarse o, en un tono informal, preguntar “¿Qué hay de cenar?” tras sugerir una receta para cocinar albóndigas. A algunos usuarios les resulta tan familiar que incluso han llegado a establecer rutinas de conversación diaria con ellos, donde los bots se presentan como confidentes de las tareas cotidianas.
El potencial de los bots para mantener una conversación fluida es tan alto que Mustafa Suleyman, CEO de Microsoft AI, los considera capaces de generar relaciones significativas con los usuarios. Suleyman explicó que Microsoft Copilot, uno de los sistemas de IA más avanzados, puede incluso simular la respiración durante una sesión de yoga, en un intento de hacer que la experiencia sea aún más realista y crear un ambiente en el que el usuario sienta que la IA está ahí para ayudarle, incluso en los momentos de relajación personal.
En un intento por entender las posibilidades de estas inteligencias artificiales, la autora decidió realizar un “viaje de amigas” virtual con cuatro de los chatbots más populares: ChatGPT de OpenAI, Meta AI, Google Gemini y Microsoft Copilot. Con cuatro dispositivos móviles y una cámara, organizó una prueba en una cabaña en el norte del estado de Nueva York para ver si estos bots realmente podían imitar las interacciones de amistad humanas.
Cada uno de estos bots está programado con ciertas personalidades y respuestas que imitan interacciones sociales. Para hacer la experiencia más realista, la autora le colocó a su equipo de dispositivos una peluca sobre una cabeza de poliestireno, en un intento por darles un toque visual más “humano”. Durante 24 horas, desafió a los chatbots a responder preguntas de amistad y ofrecer apoyo en diferentes actividades, emulando lo que sería una salida entre amigas.
Cuando les preguntó a los bots “¿Qué significa la amistad para ti?”, todos respondieron de manera que intentaron reflejar los principios de confianza y apoyo mutuo, aunque las respuestas carecían de verdadera emoción o profundidad. Entre ellos, Google Gemini fue el único que mencionó explícitamente que no podía experimentar sentimientos, lo cual fue una muestra de los límites actuales de estas tecnologías y un recordatorio de que, al final, estas relaciones no son más que simulaciones.
Estos asistentes de IA han superado las limitaciones de sus predecesores como Alexa o Siri, que apenas lograban realizar tareas básicas como encender una canción o poner un temporizador. En cambio, estos bots están impulsados por modelos de lenguaje avanzado, lo que les permite mantener una conversación casi natural. Su conocimiento vasto, combinado con la capacidad de responder con rapidez y una voz realista, les da una ventaja sobre los asistentes virtuales tradicionales.
Además, los bots ofrecen una experiencia sonora innovadora, ya que están programados con voces humanas reales. Por ejemplo, Meta AI permite a los usuarios seleccionar voces de celebridades, como la actriz Kristen Bell. Al interactuar con esta voz, el usuario podría imaginar que Anna, el personaje de “Frozen”, le está dando indicaciones sobre cómo encender una fogata. La velocidad de respuesta también es otro punto a favor, pues suelen contestar en cuestión de segundos, lo que ayuda a crear una experiencia fluida y cercana.
Para aquellos que desean probar esta experiencia avanzada, existen varias opciones disponibles: el modo de voz en ChatGPT se ofrece en las aplicaciones móviles y de escritorio para usuarios suscritos a la versión Plus; Microsoft Copilot tiene una opción de voz para todos los usuarios en plataformas móviles y web; y Meta AI está disponible en redes sociales como Instagram y Facebook. Gemini, de Google, se encuentra en Android, aunque la compañía trabaja en una versión para dispositivos iOS.
La verdadera promesa de estos bots de voz radica en liberar a los usuarios de la dependencia de las pantallas. Esto es especialmente útil en situaciones en las que se necesita un asistente que proporcione indicaciones sin que el usuario deba mirar el teléfono. En una prueba en el bosque, la autora pidió a los bots que la guiaran en la construcción de una fogata, una habilidad esencial en supervivencia. Aunque todos coincidieron en sugerir el uso de leña y ramas secas, Meta AI destacó por su conectividad con los lentes inteligentes Ray-Ban, que permitieron a la autora escuchar las instrucciones en tiempo real mientras trabajaba.
Al momento de encender la fogata, Google Gemini sugirió colocar primero los troncos grandes, una recomendación ineficaz para los conocedores. Por su parte, los otros bots sabían que la técnica adecuada implicaba colocar primero ramas finas y luego armar una estructura en forma de tipi. Estas pruebas mostraron que, aunque los bots pueden ser útiles, aún carecen de conocimiento práctico en algunas áreas.
Más tarde, los bots continuaron asistiendo en la preparación de la cena, sugiriendo recetas de albóndigas y guiando a la autora paso a paso. Sin embargo, ninguno fue capaz de realizar una de las tareas más simples en la cocina: poner un temporizador, algo que recordaba las limitaciones de los asistentes de generaciones anteriores, como Siri y Alexa.
A medida que los bots de inteligencia artificial avanzan, se plantea una preocupación sobre cómo las personas podrían llegar a depender emocionalmente de ellos. Estos asistentes virtuales, aunque convincentes, son incapaces de proporcionar un apoyo genuino en temas sensibles. Los fabricantes de estos sistemas han tomado precauciones para evitar que los bots se involucren en conversaciones sobre salud mental o emociones intensas, redirigiendo a los usuarios a líneas de ayuda o aconsejando que busquen apoyo humano.
La autora concluyó su experiencia con la impresión de que, si bien los bots son útiles para asistencia en ciertas tareas, no pueden sustituir las conexiones emocionales de las relaciones humanas. ChatGPT y Copilot fueron los más eficientes en términos de funcionalidad, pero su aparente calidez es, en última instancia, un producto de empresas tecnológicas con objetivos comerciales y sin la capacidad de ofrecer una verdadera amistad.
Así que, si decides invitar a uno de estos bots a tu círculo de asistentes digitales, recuerda que, aunque puedan ser compañeros de conversación agradables, no son realmente tus amigos.