Lisboa 2023, el abrazo del Papa a la inclusión y a la diversidad; a la esperanza y a la unidad

La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) 2023 se convirtió en un festín para el alma, donde la fe, la camaradería y la devoción se entrelazaron en una danza sagrada

En las estrechas calles adoquinadas de Lisboa, la fe y la juventud se unieron en una sinfonía celestial durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) 2023. La capital portuguesa se convirtió en un crisol de esperanza y unión, mientras jóvenes peregrinos de todo el mundo se congregaron para participar en esta experiencia espiritual sin igual.

La organización de la JMJ Lisboa 2023 desplegó una coreografía eclesiástica perfecta, guiando a los peregrinos en una travesía espiritual que reforzó los lazos de la comunidad cristiana. Desde la emocionante ceremonia de apertura hasta la inolvidable misa de clausura, cada evento fue cuidadosamente diseñado para inspirar y elevar los corazones de los jóvenes.

El Papa Francisco, con su humildad y sabiduría, se convirtió en el faro que guió a los jóvenes en su búsqueda de significado y propósito. El santo Padre hizo hincapié en la importancia de abrazar la diversidad y la inclusión en la Iglesia, recordando a los jóvenes que todos son amados por Dios sin distinción.

Sin embargo, la JMJ no solo fue un evento de plegarias y ceremonias religiosas; también fue una oportunidad para que los jóvenes se comprometieran con diversas actividades y proyectos sociales. Desde la construcción de casas para los necesitados hasta la reforestación de áreas verdes urbanas, los jóvenes participaron activamente en el servicio a los demás, siguiendo el ejemplo de amor y compasión que Francisco tanto promueve.

El mensaje

Durante la Jornada Mundial de la Juventud, las palabras del Papa Francisco resonaron en los corazones de los jóvenes como un eco eterno: “Queridos jóvenes, no teman soñar en grande. Dejen que sus sueños sean guiados por la caridad y la justicia, y nunca dejen de construir un mundo mejor, un mundo de paz y amor”.

El santo Padre, el humilde mensajero de la fe, no dudó en transmitir su amor paternal a los jóvenes. En su discurso, resaltó la importancia de ser portadores de la paz en un mundo convulso, sembrando semillas de fraternidad y diálogo en cada esquina del planeta. Sus palabras, como la brújula que guía al navegante en medio de la tormenta, atronaron en los corazones de los presentes.

Los eventos relevantes, al igual que estrellas que iluminan la noche, guiaron el camino de los jóvenes hacia una plenitud espiritual. La vigilia de Oración, con su ambiente íntimo, les permitió conectar con lo trascendente, traspasando los límites terrenales y alcanzando la esencia misma del espíritu humano. Y la santa Misa de Clausura, en un éxtasis de fe, reunió a almas en comunión, celebrando la presencia del Señor entre ellos.

El Legado

En un rincón del corazón, la ilusión se encendió como una estrella fugaz. Los ojos se llenaron de sueños y promesas, imaginando el amanecer de una nueva jornada mundial de la juventud en tierras asiáticas. Con la bendición del santo Padre, Seúl se prepara para recibir a los peregrinos con sus brazos abiertos y su rica tradición espiritual, en un encuentro único que marcará corazones y trascenderá generaciones venideras.

En sus palabras, se desplegó una visión llena de luz y amor, pintando un panorama de esperanza para los jóvenes del mundo. Seúl, con su historia de superación y renacimiento, simboliza la fortaleza del espíritu humano y la capacidad de levantarse ante la adversidad. Será una oportunidad para que los jóvenes se sumerjan en la cultura coreana, que enaltece la belleza del alma y la comunión con la naturaleza.

Así, como un río que fluye sin descanso hacia el mar, la JMJ nos lleva de un lugar a otro, uniendo continentes y corazones, creando un lazo eterno entre el cielo y la tierra. Cada edición es un nuevo capítulo de una historia divina, una epopeya de amor y fe que se escribe con los nombres de cada joven peregrino que, con pasos firmes, camina hacia el abrazo cálido del Padre celestial.

La despedida

Y mientras la JMJ Lisboa 2023 llegaba a su final, los ojos de todos se posaban ya en el horizonte del tiempo, en la próxima sede que acogerá este encuentro sagrado en el año 2027. Uno de los momentos más emocionantes fue cuando el Papa Francisco anunció la próxima sede de la Jornada Mundial de la Juventud en 2027. Con un brillo en sus ojos y una sonrisa en el rostro, reveló que la ciudad elegida sería Seúl, Corea del Sur. “¡Nos encontraremos en la tierra de la calma matutina, donde la fe florece entre la juventud comprometida!”, exclamó el Papa.

En medio del eco de los aplausos y los coros de alabanza, la JMJ de Lisboa llegó a su fin, pero su esencia permanecerá impregnada en el alma de cada peregrino. Una experiencia que trasciende lo terrenal y se eleva hacia lo celestial, recordándonos que, en la unión de corazones y en la búsqueda de la trascendencia, encontramos un vínculo sagrado que trasciende el tiempo y el espacio. La Jornada Mundial de la Juventud, con su aura de santidad, seguirá siendo faro y guía en el camino de fe de cada joven, en busca de un mundo más humano y más divino.