Todo comenzó al detectarse un traslado desde clubes de alterne hacia domicilios particulares
La Policía Nacional ha desmantelado un piso en el centro de la ciudad donde se explotaba sexualmente a mujeres extranjeras en condiciones deplorables. En la operación se detuvo a cinco personas como presuntos responsables y se liberaron a 13 mujeres que eran víctimas de esta explotación. Las detenciones y liberaciones se produjeron tras un exhaustivo operativo que confirmó las sospechas sobre el lugar.
La investigación comenzó tras detectar un traslado de la prostitución desde clubes de alterne hacia domicilios particulares. La Policía Nacional en Alicante recibió información sobre un piso en el centro de la ciudad donde se sospechaba que se ejercía la prostitución forzada. Un dispositivo especial se estableció para confirmar estas sospechas, y los agentes observaron un inusual movimiento de varones en el edificio, además de identificar el piso como domicilio social de una empresa de masajes. Anuncios en redes sociales también dirigían a los clientes al lugar.
En la primera fase de la operación, los agentes realizaron un registro en el piso, encontrando a tres mujeres víctimas y deteniendo a tres de las investigadas. Se halló a una cuarta investigada en otra vivienda de la ciudad. Las víctimas eran forzadas a trabajar las 24 horas del día, sin apenas descanso, y se les obligaba a vender y consumir droga. Dormían en condiciones insalubres, a menudo hacinadas en la cocina y usando una sola sábana para dormir y para sus actividades laborales.
Se intervinieron 2.000 euros en efectivo y documentación que probaba la explotación sexual
Durante el registro, se intervinieron 18 envoltorios de cocaína, una bolsa con 40 gramos de la sustancia, 2.000 euros en efectivo y documentación que probaba la explotación sexual. Las investigaciones revelaron que la líder del grupo criminal había estado operando durante aproximadamente 20 años y ganaba alrededor de 500.000 euros anuales a costa de sus víctimas.
En la segunda fase de la operación, se detuvo a la presunta cabecilla en su domicilio, donde se encontraron 50.000 euros en efectivo y documentación adicional. Las cinco detenidas, de nacionalidades española, colombiana y rumana, enfrentan cargos por prostitución, delitos contra la salud pública y pertenencia a grupo criminal. La líder del grupo ha sido ingresada en prisión, y el Juzgado de Instrucción ha ordenado la clausura definitiva del establecimiento.