Hoy: 21 de febrero de 2025
Las garrapatas representan un riesgo para la salud, ya que pueden transmitir diversas enfermedades tanto a humanos como a animales. Al alimentarse de la sangre de sus huéspedes, pueden propagar bacterias, virus y otros patógenos responsables de enfermedades graves, como la enfermedad de Lyme, la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas, la fiebre del Queso, la anaplasmosis y la babesiosis, según detalla Vanguardia.
Estos pequeños artrópodos tienen un cuerpo ovalado y aplanado, variando en tamaño según la especie y la etapa de su ciclo de vida. Poseen ocho patas y una cabeza diminuta en uno de sus extremos. Su color puede ir del marrón al negro o rojizo, y algunas especies presentan patrones distintivos. A medida que se alimentan, su cuerpo se hincha y se vuelve más visible.
Para detectarlas, es recomendable revisar la piel y el pelaje de personas y animales en busca de pequeñas protuberancias que se muevan lentamente. El uso de una lupa puede facilitar la observación de detalles como patas y cabeza. Al encontrarlas, es importante retirarlas con pinzas y limpiar la zona con alcohol, ya que su manipulación incorrecta puede facilitar la transmisión de enfermedades.
Su hábitat es variado, pero prefieren zonas con vegetación densa y húmeda, como bosques y áreas con hierba alta. También se encuentran en animales como ciervos, perros y roedores, además de algunas aves y reptiles. Factores climáticos como el aumento de temperatura y las lluvias han favorecido su expansión a regiones donde antes no eran comunes.
Las enfermedades transmitidas por garrapatas pueden ser peligrosas. La fiebre maculosa de las Montañas Rocosas, causada por bacterias del género Rickettsia, puede provocar fiebre, dolor de cabeza y erupciones cutáneas. En México, se han reportado casos en estados como Sonora, Coahuila y Nuevo León. La babesiosis, conocida como la fiebre del Queso, afecta los glóbulos rojos y puede causar anemia severa. Mientras tanto, la enfermedad de Lyme, aunque más frecuente en Estados Unidos, ha sido detectada en regiones del norte de México y puede derivar en complicaciones neurológicas.
Otra enfermedad es la anaplasmosis, cuyos síntomas incluyen fiebre y dolores musculares, pudiendo agravarse sin tratamiento. Asimismo, el virus Powassan, transmitido por la garrapata del ciervo, puede provocar problemas neurológicos graves. El síndrome alfa-gal, por otro lado, genera una reacción alérgica a la carne roja tras la picadura de la garrapata estrella solitaria.
Para evitar sus picaduras, es fundamental tomar precauciones. Se recomienda evitar caminar por zonas infestadas, usar ropa que cubra el cuerpo, aplicar repelentes con DEET y revisar regularmente la piel y la ropa tras estar en exteriores. También es importante examinar a las mascotas y utilizar productos repelentes específicos para ellas. En caso de detectar una garrapata adherida a la piel, debe extraerse con pinzas sin girarla y desinfectar la zona.
La prevención es clave para reducir el riesgo de contraer enfermedades transmitidas por estos parásitos. Si tras una picadura se presentan síntomas como fiebre, fatiga o erupciones cutáneas, es esencial buscar atención médica de inmediato.