Hoy: 22 de noviembre de 2024
Las mujeres sufren más ansiedad, miedo, tristeza y problemas de sueño que los hombres como consecuencia de los comentarios negativos que reciben en las redes sociales, según concluye el informe, ‘Comentarios negativos en las redes sociales’, de la Fundación MAPFRE y la Universidad de Deusto.
En concreto, las mujeres sufren hasta más del doble de inseguridad que los hombres (22% en mujeres y 8% en hombres), miedo (6% y 1%), problemas de alimentación (10% y 2%) y de sueño (15% y 9%), así como tristeza (22% y 11%) y nerviosismo (25% y 12%), según la investigación publicada.
El estudio también revela que el enfado es la emoción que conduce en mayor medida a realizar comentarios negativos, y señala que a los hombres “no les impacta” un mensaje nocivo tanto como a las mujeres (54% en hombres frente al 34% en mujeres).
Asimismo, según el informe, las mujeres (22%) tienden a compartir sus problemas con otras personas más que los hombres (11%) como estrategia para afrontar mejor este tipo de experiencias, y existe una mayor tendencia a que las mujeres tengan perfiles privados.
La investigación, resultado de una encuesta realizada en España a 2.520 adultos, ha analizado los comentarios negativos recibidos y enviados en las principales redes sociales, con el objetivo de dar a conocer las consecuencias de este tipo de mensajes en la salud mental, emocional y física, e identifica protocolos para ayudar a la sociedad a gestionar adecuadamente el impacto.
El informe destaca que “el acoso en redes sociales abarca diferentes situaciones, desde insultar, amenazar, difundir falsos rumores y hasta suplantar identidades, acciones que por lo general se llevan a cabo mediante comentarios o mensajes privados” y que, según la encuesta, realizan en mayor medida los hombres (16%) que las mujeres (9%).
Entre los hombres, el tema más frecuente de los comentarios negativos que reciben es el de la política (52%), así como contenidos para criticar una idea (47%) o una conducta (17%). En cambio, los contenidos que menos reciben son los vinculados con la salud mental (2%) y la familia (3%).
Por su parte, las mujeres reciben comentarios negativos relacionados con “críticas a ideas” (45%) y política (28%), pero a diferencia de los hombres, un 22% recibe mensajes privados dañinos sobre su aspecto físico (22%) y un 10%, con contenido o temática de connotación sexual, especialmente entre las jóvenes de 18 a 25 años.
Las reacciones más generalizadas a la hora de recibir un comentario son responder de forma breve e indiferente (39%) y bloquear y borrar el comentario (38%). Además, los jóvenes muestran “mayor reactividad emocional” que los mayores de 35 años cuando reciben un comentario negativo y casi el 50% de mayores de 35 años afirma que el comentario negativo “no tuvo ningún impacto”, mientras que, entre los jóvenes, el 34% reconoció que no les afectó.
Respecto a la edad, los jóvenes presentan niveles más altos de regulación emocional y estrategias que permiten afrontar mejor este tipo de mensajes porque están “más acostumbrados” que los mayores a las redes sociales, pero las personas entre los 18 y 35 años sufren niveles mayores de estrés, depresión, ansiedad, insatisfacción corporal y afecto negativo que el resto.
En este tipo de situaciones, los autores del informe sostienen que “la educación y el apoyo se convierten en los mejores aliados para poder enfrentarse a esta oleada de odio en las redes sociales, una realidad palpable, que genera malestar general y empeora la calidad de vida, y que puede llevar a situaciones complicadas de ansiedad y depresión”.
Asimismo, consideran necesario aprender a gestionar situaciones de enfado, decepción, rabia y frustración para “ser capaces de inhibir conductas destructivas y nada adaptativas como la publicación de comentarios negativos”.
Entre las herramientas de ayuda, proponen promover la expresión de dichas emociones de una manera “sana”, que no implique infligir conscientemente daño a otra persona; y “hablar del suceso y compartir la experiencia con personas cercanas y que sepan escuchar”.
Finalmente, defienden una regulación más estricta sobre cómo actuar ante situaciones de acoso y que las futuras políticas aboguen por la protección del usuario y promuevan que las redes sociales ejecuten un filtrado de contenido violento, innecesario y que afecta a la salud de la persona.