Cada vez el número de personas que manifiesta alguna deficiencia visual es mayor debido a la poca atención que prestamos a nuestros ojos.
Según el Informe Mundial sobre la Visión publicado en 2019 por la Organización Mundial de la Salud, hay por lo menos mil millones de personas con alguna deficiencia visual que podría haberse evitado o que todavía no se ha tratado.
En los últimos años, y en especial desde el confinamiento causado por la pandemia de COVID, nuestro estilo de vida ha cambiado considerablemente. Desde esa época, un gran porcentaje de trabajadores y estudiantes de todas las edades deben pasar más horas de las habituales delante de un ordenador o una tablet.
Estos hábitos han hecho que se incrementen los casos de fatiga ocular, asociada a la exposición durante horas a la luz que emiten los dispositivos electrónicos. Esta fatiga se puede asociar a la presbicia o vista cansada, que aparece entre los 40 y 45 años, por lo que podría suponer un problema de salud añadido a estas edades.
Asociados a estos prolongados usos de pantallas, se encuentran los casos de ojo seco evaporativo. Esta condición aparece cuando el parpadeo disminuye y nuestros ojos sufren problemas de lubricación. Lo normal es que parpadeemos entre 15 a 20 veces por minuto, sin embargo, estar demasiado tiempo delante de pantallas puede disminuir la frecuencia a 4 o 5 veces por minuto.
Una herramienta muy útil para paliar los efectos del ojo seco evaporativo es la “regla 20-20-20”. Este método afirma que debemos apartar la mirada de la pantalla de nuestro dispositivo electrónico cada 20 minutos de uso. Posteriormente, debemos dirigir la mirada a 20 pies de distancia (unos 6 metros) y prolongar este descanso durante 20 segundos.
Un método avalado por científicos
Un estudio publicado por expertos de la Universidad de Aston ha avalado con evidencias científicas esta regla por primera vez. Investigadores de la Facultad de Ciencias de la Salud y la Vida organizaron su estudio con la ayuda de 29 participantes que sufrían síntomas de fatiga visual.
El método utilizado para el estudio fue un software especial descargado en los propios portátiles de los participantes, que usó la cámara incorporada en estos, tanto para verificar si un usuario estaba sentado en la pantalla, como para monitorear la dirección de su mirada cada pocos segundos.
El profesor James Wolffsohn, profesor de Optometría en la Universidad de Aston y quien ha dirigido la investigación, ha señalado que “el estudio anterior simplemente pedía a las personas que llevaran a cabo las sugerencias; pero aquí el control de acceso al software nos aseguraba que los participantes realmente habían desviado la mirada cada 20 minutos. Vimos una mejora consecuente en los síntomas del grupo”.
Los resultados del estudio, que cuenta con la colaboración de la Universidad de Valencia, se han publicado en la revista Contact Lens and Anterior Eye.
De cara al futuro, esta investigación pretende ampliarse con estudios a más largo plazo que puedan enseñar a nuestros ojos a parpadear con más frecuencia cuando estamos visualizando dispositivos electrónicos.
Mientras este software se sigue desarrollando, los encargados del ensayo han aconsejado “el uso de un temporizador en el teléfono o una aplicación de recordatorio que replique el efecto del software. Esta es una forma simple de recordar que hay que tomar descansos regulares por el bien de nuestros ojos”.
Referencia científica:
DOI: 10.1016/j.clae.2022.101744