El monarca pronunció el 3-O de 2017 un discurso en defensa del orden constitucional. En su intervención de este sábado las corruptelas de su padre, algunas desveladas por los audios exclusivos Fuentes Informadas, serán uno de los telones de fondo
El Rey Felipe VI afronta este sábado el que será su octavo mensaje de Navidad en un momento en que la polarización y la tensión política se ha apoderado del debate entre los partidos tras la reforma del Código Penal por el cual se deroga el delito de sedición y se rebaja el de malversación, así como el fallido intento gubernamental de rebajar las mayorías para elegir a miembros del Tribunal Constitucional. En la opinión pública se ha generado incertidumbre de cómo será el contenido del mensaje -sumado a un hermetismo total al respecto- debido a su contundente reacción el 3 de octubre de 2017 en defensa del orden constitucional a raíz del referéndum ilegal que se celebró dos días antes en Cataluña.
Aunque el rol del monarca como jefe de Estado está por encima del día a día de la política y debe mantener una posición institucional, don Felipe suele hacer llegar algunos mensajes en clave política en las intervenciones públicas más relevantes, de ahí que haya expectación por conocer si el monarca hace alguna reflexión genérica sobre estos asuntos.
Uno de los discursos más importantes del monarca desde su llegada al trono en 2014 fue precisamente su intervención el 3 de octubre de 2017, tras el referéndum ilegal convocado por los independentistas catalanes que estos días han visto cómo se derogan o rebajan las penas por los delitos por los que fueron condenados en 2019 por el Tribunal Supremo y posteriormente indultados en junio de 2021.
Entonces, el monarca acusó a los líderes independentistas de incumplir la Constitución para intentar proclamar “ilegalmente” la independencia de Cataluña, de intentar “quebrar la unidad de España” y de situarse “totalmente al margen del Derecho y de la democracia”.
“Determinadas autoridades de Cataluña”, denunció don Felipe, habían vulnerado con sus decisiones “de manera sistemática las normas aprobadas legal y legítimamente, demostrando una deslealtad inadmisible hacia los poderes del Estado” y quebrantando “los principios democráticos de todo Estado de derecho”. Con ello, lamentó, “han socavado la armonía y la convivencia en la propia sociedad catalana, llegando, desgraciadamente, a dividirla”. “Hoy la sociedad catalana está fracturada y enfrentada”, reconoció.
“Ante esta situación de extrema gravedad, que requiere el firme compromiso de todos con los intereses generales, es responsabilidad de los legítimos poderes del Estado asegurar el orden constitucional y el normal funcionamiento de las instituciones”, reivindicó Felipe VI, defendiendo un “autogobierno de Cataluña, basado en la Constitución y en su Estatuto de Autonomía”.
“Son momentos difíciles, pero los superaremos”, aseguró tanto a españoles como a catalanes, “porque creemos en nuestro país y nos sentimos orgullosos de lo que somos” y “porque nuestros principios democráticos son fuertes, son sólidos”. Don Felipe terminó su intervención expresando “el firme compromiso de la Corona con la Constitución y con la democracia”.
El emérito, presente y ausente
Por otra parte, la cuestión del Rey emérito ha quedado relegada a un segundo plano, máxime cuando ahora ya no tiene ninguna causa judicial abierta en España tras el archivo de la Fiscalía del Tribunal Supremo de todas las diligencias que le investigaban. Si hace un año el debate estaba en torno al posible regreso del antiguo monarca, doce meses después don Juan Carlos ya ha aclarado que mantendrá en Emiratos Árabes Unidos su residencia permanente y ya ha realizado una visita a España.
Si bien el único procedimiento que sigue abierto en el extranjero es el derivada de la demanda que presentó el Tribunal de Inglaterra y Gales su examante Corinna zu Sayn-Wittgenstein por acoso, difamación y seguimiento ilegal de agentes del Centro Nacional de Inteligencia, en la que recientemente don Juan Carlos ha tenido una victoria debido a que le otorgaron inmunidad parcial porque, según expusieron, actuó con el exdirector del Centro Nacional de Inteligencia, el general Félix Sanz Roldán y la agencia en “función oficial o pública”. Los jueces de apelación protegieron así a Juan Carlos I ante el acoso denunciado por su examante entre 2012 y el 18 de junio de 2014, algo que le ha permitido recuperar unos 300.000 euros en costas.
FUENTES INFORMADAS ha ampliado en primicia la publicación de un serial de audios entre Corinna y el comisario José Manuel Villarejo, lo que ha permitido desvelar varios asuntos relacionados con las corruptelas del emérito; asunto que se ha sumado a las revelaciones exclusivas del nuevo podcast de ‘Corinna y el Rey’, que cuenta con declaraciones exclusivas de la princesa de origen alemán, la cual detalla importantes aclaraciones sobre el caso.
El asunto no se queda ahí sino que este periódico digital ha revelado otras cintas de audio en la que se afirma que el rey emérito financió “casi todas las informaciones” de la vertiente de ‘Operación Cataluña’ en Andorra. Se trata una trama tejida por la conocida como polícia patriótica -e impulsada por el Gobierno de Rajoy- para hacer descarrillar el independentismo y de paso llevarse por delante a una de las bancas más solventes de Europa, la Banca Privada d’Andorra (BPA) por medio de coacciones al intervenirla de manera disparatada. Los audios divulgados por este medio que implican a varios altos cargos del Gobierno de entonces ha tenido como consecuencia la imputación en el principado del expresidente del Gobierno Mariano Rajoy y del ministro del Interior Jorge Fernández Díaz. Por lo que el asunto del antiguo jefe de Estado no está totalmente apagado en la Casa Real.
Su paso por la localidad gallega de Sanxenxo, para asistir a una regata en la que participaba el Bribón, y luego por el Palacio de la Zarzuela ha supuesto un punto de inflexión. Desde que se produjo a finales de mayo, el que fuera monarca durante casi cuatro décadas ha mantenido un perfil bajo y no ha vuelto a haber rumores sobre un eventual retorno.
El emérito se reencontró con su hijo, el Rey, por primera vez desde su marcha al exilio en agosto de 2020. Ambos estuvieron reunidos y, según informó Zarzuela, hablaron sobre “cuestiones familiares así como sobre distintos acontecimientos y sus consecuencias en la sociedad española” desde que se trasladó al país del Golfo, en aparente alusión al malestar en torno a las actividades del antiguo monarca que fueron objeto de investigación judicial.
Además, la Casa del Rey recordó a Don Juan Carlos que en su carta de marzo a Felipe VI, en la que le trasladó su voluntad de poder viajar puntualmente a España, le había informado de su decisión “de organizar su vida personal y su lugar de residencia en ámbitos de carácter privado” cuando regresara con vistas a poder seguir disfrutando “de la mayor privacidad posible”, en claro contraste a la mediática visita que acababa de culminar.
Padre e hijo volvieron a coincidir el pasado septiembre con motivo del funeral de Isabel II en Londres. Ambos, acompañados por la Reina Letizia y Doña Sofía, acudieron a la recepción que ofreció el rey Carlos III en el Palacio de Buckingham -por separado- y, para sorpresa general, fueron sentados juntos en la Abadía de Westminster durante el funeral.
A menos que Don Juan Carlos realice otra visita a España antes, Felipe VI y el emérito coincidirán muy probablemente nuevamente el próximo 6 de mayo en la coronación de Carlos III en la capital británica. El Rey, como cabeza de la Familia Real, estará invitado y cabe esperar que como ya ocurriera con el funeral el emérito también lo esté, habida cuenta de los lazos de parentesco que unen a ambas familias.
Defensa del consenso que representa la Constitución
Es frecuente que Felipe VI mencione la Constitución y el respeto a la misma en sus intervenciones tradicionales de Navidad. Así ocurrió también en su discurso de hace doce meses cuando reivindicó tanto la Carta Magna de 1978 como el consenso, en unos días en los que los pactos no son tan habituales como en la época de la Transición.
Las diferencias de opinión, sostuvo, “no deben impedir consensos que garanticen una mayor estabilidad, mayor bienestar en los hogares y den la necesaria tranquilidad a las familias ante su futuro”. “La Constitución ha sido y es la viga maestra que ha favorecido nuestro progreso, la que ha sostenido nuestra convivencia democrática frente a las crisis” y por todo ello, recalcó, merece “respeto, reconocimiento y lealtad”.
En Zarzuela, como es costumbre, hay hermetismo total en cuanto al contenido del mensaje y las circunstancias en las que se producirá su grabación, puesto que por regla general no se emite en directo sino que se graba con algunos días de antelación. Lo que sí es seguro, porque es tradición, es que la Casa del Rey enviará una copia del texto a Moncloa para ponerlo en conocimiento del Gobierno.
Ucrania y la situación económica
Por otra parte, aunque la COVID-19 sigue presente, la guerra en Ucrania y las consecuencias derivadas de ella han pasado a un primer plano. El Rey ha venido mencionando el conflicto y el impacto que está teniendo en los ucranianos en sus discursos siempre que la situación ha sido pertinente y es más que probable que también se refiere a ello en esta ocasión.
Igualmente, con toda probabilidad don Felipe hablará del impacto económico que la invasión rusa de Ucrania está teniendo, con el aumento de los precios de la energía y la inflación disparada, aunque en la recta final del año se ha moderado. De hecho, ya el año pasado hizo mención a la “preocupación en muchos hogares” por esta cuestión.