Publio Ricardo Cortés C.
Hace pocos días, el 4 de diciembre de 2023, Ruth Liao empezaba un reporte para Bloomberg con la siguiente afirmación: «El Canal de Panamá, la centenaria maravilla de la ingeniería que revolucionó el comercio mundial, está siendo cerrado por la sequía y obliga a los transportistas de todo el mundo a tomar una dolorosa decisión».
Y de inmediato agregaba: «Pueden esperar en la cola durante días o semanas, ya que el bajo nivel del agua limita el número de buques que atraviesan la vía navegable de 80 kilómetros, transportando automóviles, bienes de consumo, fruta y combustible. Pueden pagar millones de dólares para adelantarse en la cola, si un barco con reserva se retira. O pueden apartar del camino a todo un continente, enviando sus barcos alrededor de los extremos meridionales de África y Sudamérica, o a través del concurrido Canal de Suez».
Este panorama tétrico, no solo es real, sino que se puede poner peor, porque en Panamá está empezando la temporada con menos lluvias del año, se aproxima el cíclico fenómeno de «El Niño» y la sequía comentada ocurre porque hay insuficientes embalses de reserva de agua dulce proveniente de los ríos, que es la sangre que mueve el sistema del Canal de Panamá.
¿Cómo llegamos hasta aquí? Muchos se satisfacen diciendo que es culpa del cambio climático o de un circunstancialmente grave fenómeno de «El Niño», etc. Y, claro, evidentemente, el cambio climático tiene mucho que ver. Pero la explicación no es tan sencilla. En mi opinión, la situación grave actual se pudo anticipar, logrando evitarla o al menos mitigarla de forma importante.
La responsabilidad histórica principal recae en una gran mentira que el presidente de Panamá, Martín Torrijos, que gobernó de 2005 a 2009, y la Junta Directiva de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), le dijeron al pueblo panameño, a partir del 24 de abril de 2006 y durante todo el debate previo al referéndum para la ampliación del canal que tuvo lugar ese año.
A lo anterior se debe sumar la gran irresponsabilidad también cometida por el presidente Torrijos, que no solamente no tomó las acciones preventivas correspondientes, sino que dejó sin marco de protección legal, a TODA la cuenca hidrográfica del Canal de Panamá, que ha sido, desde siempre, la fuente de agua dulce requerida para evitar la crisis actual.
En esa triste «tarea» le han acompañado casi todos los presidentes que le sucedieron en el cargo, hasta el presente, excepto el presidente Varela quien, aunque no se ocupó del marco legal de la cuenca, por lo menos apoyó nuevos estudios sobre el manejo del agua, como se verá adelante.
Pero veamos esta historia en detalle.
En 1977 Panamá y los Estados Unidos firman un tratado que garantiza la reversión del canal a Panamá de forma paulatina, teniendo como meta la entrega total para el año 2000. En el camino Panamá introdujo un título a la Constitución que regula el canal.
Para agosto de 1999 todavía formalmente el Canal de Panamá estaba bajo la administración de los Estados Unidos. En ese entonces, siguiendo el protocolo establecido por la Constitución de Panamá, la Junta Directiva de la ACP propuso y el Consejo de Gabinete avaló, los límites de la cuenca hidrográfica del canal, los cuales se llevaron ante la Asamblea Nacional y se convirtieron en la Ley 44 de 1999.
Siguiendo la definición literal del concepto «límite», la cuenca hidrográfica establecida por Ley en 1999, contiene un mapa y una descripción cartográfica de un solo polígono de aproximadamente 553 hectáreas a ambos lados del canal. Aunque no consta en la Ley de esa manera, el área descrita, para efectos prácticos, fue dividida en dos secciones, una denominada Cuenca Occidental y la otra Cuenca Oriental.
Es razonable pensar que los intereses de Estados Unidos pudieron estar detrás de la aprobación de la protección legal de esta cuenca hidrográfica del canal, antes de que la vía pasara a control de Panamá, el 1 de enero de 2000. Después de todo, Estados Unidos era y sigue siendo el principal usuario del Canal de Panamá. Garantizar las fuentes de agua dulce para la vía acuática, cuando el canal pasara a manos panameñas, era un interés estratégico para los Estados Unidos.
También es verosímil afirmar que, al promover la protección por Ley de la cuenca hidrográfica del canal, los Estados Unidos avalaron un polígono de dicha cuenca, que contemplaba las necesidades de las distintas opciones de ampliación futura del canal, entre ellas el tercer juego de esclusas, dado que todas esas opciones se venían estudiando desde hacía tiempo.
En septiembre de 1999 tomó posesión una nueva presidenta en Panamá, Mireya Moscoso. A ella le correspondió recibir el canal a manos panameñas. Su gobierno duró hasta agosto de 2004. En su periodo no se alteró la protección legal de la cuenca hidrográfica del Canal de Panamá. En ese periodo la ACP empezó a realizar gestiones en campo y de orden social para ir tomando control de la cuenca hidrográfica definida por Ley. También empezó, desde entonces, un movimiento campesino opuesto a nuevos embalses para el canal en la región occidental de la cuenca.
En septiembre de 2005 Martín Torrijos toma posesión como presidente constitucional de Panamá. En los primeros meses realiza unas reformas a la legislación de la seguridad social que provocan protestas importantes que desestabilizan al nuevo gobierno.
Paralelamente, en la región de la cuenca hidrográfica occidental del canal, seguían activados los movimientos populares de oposición a los posibles embalses de ríos para generar reservas de agua dulce para el proyecto de ampliación del canal, el cual era el tema insignia del gobierno de Torrijos y que ya estaba en el ambiente.
El gobierno de Torrijos y la Junta Directiva de la ACP, tenían miedo que ese movimiento popular acabara con el proyecto de ampliación. Sobre todo, porque tal nuevo gobierno se había debilitado con la reforma a la seguridad social. Debido a ese miedo político del momento y actuando de forma irresponsable, el presidente Martín Torrijos decidió mentir.
El lunes 24 de abril de 2006, en un acto solemne en el Centro de Convenciones ATLAPA de la ciudad de Panamá, rodeado y avalado por el Ministro Ricaurte Vásquez, Presidente de la Junta Directiva de la ACP; el Administrador del Canal, Alberto Alemán Zubieta y de toda la Junta Directiva de la ACP, Martín Torrijos dio el anuncio formal del inicio de la divulgación del proyecto de ampliación del canal con un tercer juego de esclusas, iniciando con ello el debate previo al referéndum para que el pueblo decidiera sobre la obra.
La noticia de primera plana del diario La Prensa, de Panamá, del 25 de abril de 2006, que cubre el acto antes mencionado, empieza diciendo: «Tomando a todos por sorpresa, el presidente Martín Torrijos, anunció anoche que enviaría a la Asamblea un proyecto para derogar la polémica Ley 44 –aprobada el último día del mandato de Ernesto Pérez Balladares (1994-1999)—que amplió los límites de la cuenca hidrográfica del canal».
Y en un párrafo posterior la noticia agrega: «El anuncio presidencial, que deja sin argumentos a los campesinos residentes en la cuenca que llevan años de lucha para derogar la Ley 44, se produjo tras la reiteración de una decisión que se conocía: no habrá embalses ni desplazamientos de campesinos» (El subrayado es nuestro).
Ese mismo día, 25 de abril de 2006, se insertó un documento en todos los periódicos de Panamá, con la propuesta de ampliación del canal, preparada por la ACP y fechada el día anterior. En esa propuesta, en las páginas 58 a 60, se ocupan del «suministro de agua» y se reitera la mentira de que los embalses no serán necesarios para el nuevo canal ampliado.
La conclusión presentada al inicio de la sección citada de ese documento, es la siguiente: “Las necesidades hídricas para el consumo de la población y uso del Canal –nos dijo la ACP– serán satisfechas mediante la construcción de tinas de reutilización de agua, la profundización de los cauces del lago Gatún y del Corte Culebra y la elevación del nivel operativo máximo del lago Gatún».
La afirmación anterior se remata con esta frase lapidaria: «La propuesta de ampliar el Canal mediante la construcción del tercer juego de esclusas, tal como se propone, no requiere de nuevos embalses» (El subrayado es nuestro).
La trama de mentiras en cuanto a los embalses continuó en junio de 2006. Veamos:
La Ley 20 de 2006, propuesta por el Consejo de Gabinete presidido por el presidente Torrijos, fue la regla con la cual negligentemente se dejó sin protección, por Ley, a TODA la cuenca hidrográfica del Canal de Panamá. Con ello cumplió Torrijos con lo anunciado en el acto de abril de ese año.
En la página web de la Asamblea Nacional, consta la «Exposición de Motivos» de esa Ley. En el cuarto párrafo, el presidente Torrijos y sus ministros dicen: «Como quiera que la propuesta del Canal de Panamá, para construir un tercer juego de esclusas, no requiere embalses nuevos, se promueve el presente Proyecto de Ley, por medio del cual se deroga la Ley 44 de 31 de agosto de 1999.» (El subrayado es nuestro).
Con la Ley 20 de 2006, Martín Torrijos y su Gabinete, sin cumplirse la iniciativa legislativa de la Junta Directiva de la ACP, tal como manda la Constitución, borraron TODA la protección legal de la cuenca hidrográfica del Canal de Panamá y no introdujeron un polígono alternativo. Ningún gobierno ni directivo de la ACP volvió a proponer un nuevo límite desde entonces. Solamente con esta crisis de 2023, se ha vuelto a hablar del tema.
En mi opinión, la afirmación de que no se necesitaban embalses para el canal ampliado, fue una mentira, porque ya los Estados Unidos conocían de las opciones de ampliación del canal, incluyendo el tercer juego de esclusas, dado que esos estudios ya estaban avanzados. Y precisamente por ello impulsaron una Ley que protegiera la cuenca hidrográfica del canal, contemplando la necesidad de los embalses.
También fueron previsores los redactores del título constitucional que regula al Canal, porque dejaron establecido, que la cuenca hidrográfica del canal es una responsabilidad de la ACP y que debe ser protegida por Ley.
En el gobierno de Martín Torrijos, para superar la crisis política del momento, y sin tomar en cuenta que, pese a las protestas, también había que mantener alguna protección para las fuentes hídricas del canal, salieron del paso con la cortoplacista afirmación de que ningún embalse iba a ser necesario.
Fueron doblemente irresponsables, porque ya desde finales del siglo pasado, se conocían los impactos del cambio climático. Irónicamente en el mismo año 2006, cuando Torrijos mintió, el ex vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, hizo pública la conocida película-documental titulada: “Una verdad incómoda”, donde se divulgaban los impactos del cambio climático. Se sabía lo que venía y se actuó sin tomar las previsiones.
El tiempo demostró que las proyecciones del plan hídrico de la ACP realizado durante la ampliación, solamente duraron 10 años. Ni las tinas de reutilización de agua ni las demás medidas prometidas fueron suficientes.
Para la fecha de la inauguración del canal ampliado en 2016, el calado estaba en el límite: se hizo la ceremonia con un pie menos de calado de lo que se tenía en agosto de este año 2023, según informó el ex Administrador del Canal, Jorge Luis Quijano, en entrevista ante la periodista Castalia Pascual del canal de televisión TVN de Panamá, el 23 de agosto de 2023. Todo ello después de muchos millones de dólares gastados en estudios.
La mentira de las proyecciones del manejo del agua para el canal, durante el referéndum de la ampliación, tuvo como principales protagonistas a Martín Torrijos, que era el presidente de la República; Alberto Alemán Zubieta, que era el Administrador del Canal y Ricaurte Vásquez, Ministro y Presidente de la Junta Directiva de la ACP para 2006.
Dado que desde 2015-2016 la administración de la ACP, ahora en manos del mencionado Jorge Luis Quijano, ya se había percatado de que había que actuar con un nuevo plan hídrico diferente al que se propuso durante la ampliación, se realizaron los estudios hídricos, con el apoyo del Órgano Ejecutivo, y se concluyó en la necesidad de hacer embalses. Lo mismo que ya la ACP había dicho desde 1999.
Como se puede ver en la entrevista del ex administrador Quijano, con la periodista Sabrina Bacal del 10 de septiembre de 2023, también en TVN, lo triste es que ese nuevo plan hídrico que se generó en la ACP no provocó acciones oportunas. Resulta que en 2019 el canal calló nuevamente en la esfera de influencia de las ineficientes manos de Ricaurte Vásquez, ahora con el rol de Administrador del Canal y con mayoría de votos en la Junta Directiva.
Desde 2019 Vásquez tiene en sus manos los estudios de los embalses y estamos en 2023 y no han empezado la ejecución. Por su participación en la mentira de la ampliación y su incapacidad de enfrentar la crisis actual, Ricaurte Vásquez debiera estar fuera del cargo. Su ineficiencia le ha costado demasiado a Panamá.
Uno de los requisitos obvios para cualquier proyecto de embalses, sería la nueva definición, por Ley, de los límites de la cuenca hidrográfica del Canal de Panamá, como manda la Constitución. Todavía no tenemos noticias sobre cómo va ese asunto.
La mentira de Martín Torrijos sobre las previsiones de manejo del agua para el Canal de Panamá durante el referéndum de la ampliación en 2006, son suficiente referente para concluir que fue un pésimo presidente. Es evidente que sería un error para el país colocarlo nuevamente en el cargo.
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El autor es Abogado Independiente en Panamá,
Fue Viceministro de Finanzas y Jefe de la
Administración Tributaria de su país.